¡Viva México!

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La madrugada del 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo y Costilla, dio el “Grito de Dolores”, y con ello inició el movimiento de Independencia Nacional, que se convirtió en una intensa lucha que finalizó el 27 de septiembre de 1821, y que puso fin a la dominación que por 300 años ejerció la Corona española en el territorio nacional.

Este gran hecho histórico no hubiera sido posible sin la determinación de Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, mejor conocido como “El Padre de la Patria”. Durante su vida, Hidalgo se dedicó a estudiar teología, filosofía y diversas artes; hablaba español, italiano, francés, latín, tarasco, náhuatl y otomí; fue sacerdote y revolucionario.

Este movimiento se gestó en la denominada Conspiración de Querétaro, nombre que se le dio a un movimiento clandestino nacido en la ciudad de Santiago de Querétaro en 1810, que tenía como fin constituir una junta de gobierno que tomara el poder a nombre del rey Fernando VII; y pretendía la emancipación de la Nueva España. Este movimiento tenía como base de operación la casa de José Miguel Domínguez, corregidor de Santiago de Querétaro, y pretendían levantarse en armas en octubre de 1810 en San Juan de los Lagos, Jalisco, pero fueron descubiertos en septiembre.

Cuando la Conspiración de Querétaro fue descubierta y denunciada, muchos de sus participantes fueron encarcelados, por lo que el cura Hidalgo convocó al pueblo en la madrugada del 16 de septiembre y realizó el famoso Grito de Dolores, motivando a la población a levantarse contra el gobierno y dando así inicio al mayor movimiento social en México.

“¡Viva la religión!, ¡viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡viva Fernando VII!, ¡viva la América y muera el mal gobierno!”

Miguel Hidalgo junto con Ignacio Allende, en su campaña militar lograron reunir a un ejército formado por aproximadamente 40 mil personas. Su movimiento logró tomar Guanajuato y Guadalajara. Hidalgo fue un personaje fundamental en la guerra de Independencia de México, lideró diversas reuniones y estuvo en las batallas de la Alhóndiga de Granaditas, la Batalla del Monte de las Cruces, la Toma de Valladolid, de Guanajuato y de Puente de Calderón.

Las ideas de la Ilustración y la Revolución Francesa, fueron de las principales causas externas que promovieron la independencia de México, ya que estas cuestionaban el derecho divino de las monarquías y defendían la igualdad de las personas sobre la base de la razón. Estas ideas influyeron especialmente a muchos criollos, que además tomaron como modelo los principios liberales de la Revolución Francesa.

De igual forma lo fue la independencia estadounidense, que sentó un precedente muy importante para todo el continente americano y, en particular, para su vecina la Nueva España, abriendo de esta forma un camino importante para que las colonias americanas iniciaran un proceso similar.

Y por otro lado la invasión francesa de España, en 1808, y el apresamiento de Fernando VII, que fue obligado a abdicar y fue aprisionado en un castillo de Francia. En su lugar, Napoleón Bonaparte colocó en el trono de España a su hermano, José Bonaparte, pero muchos españoles de la península y de América desconocieron la autoridad de este nuevo rey de origen francés. Esto generó un vacío de poder que motivó la formación de juntas de gobierno en la península y en las colonias que reconocieron la legitimidad de Fernando VII pero se presentaron como depositarias de la soberanía popular.

De forma interna la desigualdad social y el sistema de castas fueron razones importantes que impulsaron la lucha social, debido a que durante la época colonial en México, la población indígena vivía en pobreza extrema  y era sometida a una dura explotación económica, dando origen a diversas rebeliones indígenas. Los indígenas formaban la base del sistema de castas junto a otros grupos que también sufrían la explotación, como los africanos o afrodescendientes, y quienes descendían de grupos étnicos diferentes. Los mestizos, descendientes de español y mujer indígena, también eran diferenciados de los españoles y criollos, pues no tenían los mismos privilegios. 

Otro sector disconforme con el régimen colonial eran los criollos, descendientes de españoles pero nacidos en América, que aunque tenían  un alto poder económico gracias al ejercicio del comercio, fueron desarrollando un sentimiento de pertenencia al virreinato por sobre la península ibérica. Además, sus intereses fueron muchas veces perjudicados por las decisiones económicas tomadas por la Corona española, que imponía limitaciones al libre comercio.

Entre ellas, y las más importantes, las reformas borbónicas, implementadas a mediados del siglo XVIII, con las que la monarquía española comenzó a aplicar una serie de reformas en la administración de los territorios coloniales en América con el objetivo de incrementar la explotación de sus recursos. Esto implicó un mayor control de las autoridades de la península sobre las instituciones del Virreinato de Nueva España, que generó la exclusión de los criollos de los cargos administrativos y un aumento de los impuestos

La Guerra de Independencia  se extendió por 11 años, desde el 16 de septiembre de 1810 hasta el 27 de septiembre de 1821. Este periodo histórico se divide en cuatro etapas,  Inicio de 1810 a 1811; Organización de 1811 a 1815;  Resistencia  de 1815 a 1820; y Consumación de 1820 a 1821. 

El inicio, mencionado previamente en este texto, culmina con la con la muerte Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende y Juan Aldama en 1811 La segunda etapa del movimiento de independencia, la organización, inicia en el año de 1811 y termina en 1815, su principal líder fue José María Morelos y Pavón. Una de las primeras acciones que se realizó, fue abolir la esclavitud, las castas, los empleos a españoles y algunos pagos que los pobres tenían que hacer al gobierno Vireinal; la libertad fue una de las ideas y garantías más importantes de la insurgencia.

Durante este periodo se promulgó el 22 de octubre de 1814, la Constitución de Apatzingán, con el nombre de decreto constitucional para la libertad de la América mexicana, esta constitución establecía en primer lugar la independencia, un sistema de gobierno republicano centralista, donde hubiera tres poderes como en la actualidad, la soberanía popular, que todos los habitantes fueran iguales ante la ley y tuvieran derechos

Durante la etapa de Resistencia, los jefes militares se separaron y continuaron con la lucha por la independencia desde diversas regiones recurriendo a la táctica de guerra de guerrillas, y los liderazgos fueron tomados por integrantes de estas guerrillas, estableciéndose en  lugares en específicos, con la misma causas. 

La consumación se dio en agosto de 1821 cuando se firmaron los Tratados de Córdoba, con Agustín de Iturbide, y con la entrada triunfante del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, dando así por consumada la lucha de independencia, firmando al día siguiente el Acta de Independencia. 

Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, se le reconoció como Primer Insurgente y Padre de la Patria a Miguel Hidalgo. En su honor, un estado de la República y la ciudad de Dolores, llevan su nombre. 

Es importante recordar que un grupo de individuos decidieron unirse para buscar que México fuera una Nación independiente, lo que dio como resultado un largo proceso que involucró la pérdida de muchas vidas, el nacimiento de una nueva nación, pero también la unión de un pueblo por un objetivo común, la libertad para todos. 

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