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Opinión

Necrológica

Jesús R. Cedillo
Jesús R. Cedillo
mayo 5, 2025

El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa fue un provocador. Hoy unido a la eternidad, lo sigue siendo. De su vasta producción literaria y periodística, sigo disfrutando a mares su colección de artículos agrupados bajo el título de “El lenguaje de la pasión.” Una antología de sus columnas (de las primeras) publicadas en el diario ibérico “El País.” Era su legendaria columna titulada “Piedra de toque.”

De dicho libro, algunas perlas al azar: a ciertas prosas de Gabriel García Márquez les nombra “cursilerías geniales” (lo anterior se lo endilga también a Manuel Puig); en otra parte del volumen, al colombiano Premio Nobel le dice escritor de libros propagandistas (lo anterior en referencia de la ya mítica amistad de GGM con Fidel Castro. Ambos en la eternidad también).

Para completar la triada sobre el Gabo, y en relación con el episodio que ocupó la prensa mundial en el 2000 con el destino del balserito cubano que fue rescatado por un marinero cerca de Miami, Vargas Llosa escribirá un alegato hipotético y bien fundamentado sobre la audacia e inteligencia de Fidel Castro, para capitalizar la puja legal por el niño cubano llamado Elián. Con ironía y sarcasmo, el autor de “El elogio de la madrastra” escribió: “El niño prodigio será objeto del embeleso popular, el pajecito del régimen y su fotografía, sonriendo en brazos del Comandante regalón… dará la vuelta al mundo, y acaso un destacado escribidor con muchos laureles dedique un elaborado reportaje a mostrar el precioso trabajos de orfebrería psicológica que un puñado de maestros, analistas y doctores de la Revolución lleva a cabo para devolver al prisionero Eliancito el equilibrio mental…”

Lo he escritor antes: Los genios no deben morir. No deberían morir. Los genios como Mario Vargas Llosa deberían ser eternos. La muerte del escritor y periodista, claro, Premio Nobel de las letras, me ha dolido. Harto. Quien me comunicó de su deceso fue el escritor Armando Oviedo Romero. Ese día infausto, destapé una buena botella de vino tinto la cual apenas me supo a nada. Tuve la necesidad de abrir una botella de ron a la cual le vi el fondo. He llorado su partida. Atesoro en mi memoria entonces, sus palabras cuando estuve con èl varias ocasiones y claro, sus letras y su firma en uno de sus libros. 

Los genios no deberían morir. Mario Vargas Llosa, tal vez y sólo tal vez,  fue el último pararrayos celeste… ya es eterno. 

En corto:

#En el libro el cual arriba cité, “El lenguaje de la pasión”, escribe en su liminar una parte de su credo: “Trato de escribir de la manera más desapasionada posible, pues sé que en la cabeza caliente, las ideas claras y una buena prosa son incompatibles, aunque sé también que no siempre lo consigo.” ¿Periodismo sin pasión? Jamás, Mario Vargas Llosa, a la calidad de su prosa, agrega el condimento literario para ofrecer textos híbridos que se leen como literatura, se disfrutan como periodismo y se coleccionan como ensayos.

#Ahora con su partida a la eternidad, pocos o nadie han citado dos libros de un erotismo delicioso y supremo el cual cuando los publicó, todo mundo decía de ello: el erotismo, a la sexualidad en parte y la pornografía bien escrita, era una asignatura en sus letras. Dos libros de colección, insuperables: “Elogio de la madrastra” y “Los cuadernos de don Rigoberto.”

#Estoy buscando en mis archivos la carpeta, la fotografía y toda la información de cuando Vargas Llosa le propinó tremendo puñetazo a Gabriel García Márquez, cuando éste le agarró las nalgas a su entonces mujer, Patricia. Tengo todo en mis archivos. ¿Dónde? Pronto lo encontraré. 

#A Mario Vargas Llosa se le debe el bautizo del PRI en México, como “la dictadura perfecta”, justo cuando éste participó en un encuentro de escritores convocado por el Nobel mexicano Octavio Paz. Hoy, dicha dictadura tiene otro nombre y apellido: Morena de López Obrador y Sheinbaum. 

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