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Opinión, Plumas

Bellacos

Jesús R. Cedillo
Jesús R. Cedillo
junio 9, 2025

Bellacos. Las hordas de jovencitos cabalgando en sus motocicletas miniatura, son unos bellacos. Los motonetos están llevando en su rebeldía y osadía, su condena: mueren, caen como moscas y su vida sobre la tierra, como las moscas, es menos de 24 horas. Menos de 24 años, siempre. Desgraciadamente, diario, sin prisa y sin pausa, juegan arrancones. Se pasan los semáforos en rojo como un acto de “valentía” y el retar las leyes de tránsito.

Apuestan su vida diaria. Pagan con ella su valor e indisciplina mal entendida y jamás intelectualizada. Acaso y sólo acaso pagan con su vida por un motivo muy sencillo: no les interesa en lo más mínimo. Son jóvenes, parvadas de ellos de entre 10 y 18 años los cuales tienen sitiada la ciudad en sus motocicletas miniatura, luces escandalosas y un sonido de espanto. Es una moderna tribu urbana la cual y en su mayoría, son muchachos foráneos los cuales, al tener un peso de más en este norte ampuloso, lo primero en hacer es eso, comprar una motocicleta y así, ser rebeldes. Claro, con el compadrazgo y autorización de sus padres. 

Si en Nuevo León la estadística marca a la letra lo siguiente: 80% de los delitos son cometidos por motociclistas, aquí en el vecindario es brutal y asfixiante la muerte de jóvenes motonetos. Desgraciadamente, atrás de cada número y estadística, hay jóvenes y jovencitas muertas con nombre y apellido, dejando a su paso una estela de dolor en sus familias. También, quedan jóvenes y jovencitas heridas, muy lastimadas, con heridas y secuelas eternas. Voy a un punto: estamos atrapados en un círculo vicioso de rebeldía, diversión y transgresión de la Ley por parte de los motonetos.

Mientras los padres de ellos –cuando la fatalidad toca a su puerta– se hunden en su culpa. Los jóvenes quieren una moto miniatura (es el deseo, como todos los deseos, un deseo primario. Un placer corrosivo), los padres los consienten y solapan (luego llegará la culpa) y al manejar esos pequeños armatostes, los chavos violan y transgreden la Ley (el Estado).   

Empiezan las preguntas. Preguntas las cuales deben de aplicarse en un puntilloso y milimétrico cuestionario a los motonetos, a su familia, a sus amigos, a su tribu, a su pandilla, a los vecinos, a su entorno escolar (de tener entorno escolar. Hoy ya nadie va a la escuela, todo es “virtual”) Todo lo anterior con miras a cuadrar un puzle y tratar de (medio) entender este fenómeno y problemática urbana. 

Las siguientes preguntas vienen a mi escaso cerebro a vuela pluma, sin orden ni concierto. Sencillamente yo las haría para tratar de avanzar y comprender este fenómeno urbano el cual tiene de cabeza a la ciudad y sobre todo, la cantidad brutal de chavos muertos. Voy: ¿Cómo se compraron dicha motocicleta, ellos tenían su dinero, de qué procedencia, ellos trabajan; sus padres les cooperaron una parte o ellos la financiaron? ¿Su ideal es o ha sido comprar una motocicleta; con qué fin: ¿es estatus, fueron obligados por la pandilla, por la tribu urbana a la cual pertenecen? … 

En corto

# “Mandan al hospital a motoneto.” 22 de mayo. Eber Josué de 17 años invadió el carril contrario y fue enviado al pavimento y al hospital con fracturas. Cobra dos vidas choque de moto al estrellarse contra poste. 19 de mayo. Mario Daniel Torres de 24 años y Ángel Miguel murieron con diferencia de horas al estrellar su motocicleta contra un poste de energía eléctrica… 

# Christian Tadeo de apenas 16 años, se “Se mata a horas de su cumpleaños” al estrellar la moto contra un camellón. 23 de mayo. Su amigo y acompañante, Pedro Alexander de apenas 13 años, está grave en el hospital. En fin, el rosario de dolor ya es cotidiano. Todos los días hay motonetos muertos, lastimados o de plano, ellos en lo suyo: olvidados. Buen tema para hilvanar.

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