La captura de Ismael “El Mayo” Zambada García y Joaquín Guzmán López, líderes del Cártel de Sinaloa, sigue generando controversia entre las autoridades mexicanas y estadounidenses. Durante su conferencia matutina del 9 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó al gobierno de Estados Unidos por no proporcionar información suficiente sobre la captura de estos criminales.
López Obrador afirmó que solo se les había entregado información básica y que no había habido cooperación real por parte de las autoridades estadounidenses. Según él, era necesario verificar si había algún acuerdo entre los capos y las autoridades norteamericanas o si fue una entrega voluntaria. También sugirió la posibilidad de que alguna agencia extranjera hubiera intervenido.
En respuesta a estas declaraciones, la Embajada de Estados Unidos en México convocó a una conferencia de prensa de urgencia. El embajador Ken Salazar aclaró que desde la detención de Zambada y Guzmán López, el 25 de julio, las autoridades mexicanas habían sido informadas y agradeció al gobierno de México por su colaboración, que fue esencial para el éxito de los arrestos.
Salazar insistió en que la operación fue producto de un esfuerzo conjunto y reiteró que la Fiscalía General de la República (FGR) recibió toda la información relevante. Según el embajador, Guzmán López se entregó voluntariamente, mientras que Zambada fue llevado contra su voluntad a Estados Unidos.
El embajador también negó que Estados Unidos hubiera utilizado recursos propios para la operación, aclarando que ni el avión, ni el piloto, ni los agentes involucrados pertenecían a su país. Según Salazar, la operación fue ejecutada por los cárteles mismos, donde uno entregó al otro.
Además, Salazar explicó que el avión que transportó a los narcotraficantes desde Sinaloa hasta Santa Teresa, Nuevo México, no registró ningún plan de vuelo con las agencias estadounidenses, sorprendiendo a las autoridades de ambos países.
Esta controversia pone de manifiesto las tensiones entre México y Estados Unidos en el manejo de la seguridad y las operaciones contra el narcotráfico, dejando en el aire preguntas sobre la colaboración y transparencia entre ambos gobiernos.
