Por Israel Reyes
Qué aburrida se ha puesto la cosa pública ahora que han pasado las elecciones, continúan las olimpiadas y la casa de los famosos aparecen hasta en el más mínimo swipe. Además, ni son tan famosos y sólo sabemos de ellos en contra de nuestra voluntad. En medio de todo esto, escribo este texto para profundizar un poco más sobre Noam Chomsky.
Este viejón está por cumplir los 100 años y continúa participando en entrevistas y conferencias en todo el mundo. Como lingüista interesado en el desarrollo sociopolítico global, sus trabajos más importantes exploran ambos campos.
Esta combinación da lugar a una visión única del mundo que, aunque ha sido objeto de controversia, se ha convertido en una influencia fundamental en el pensamiento actual. Aquí, algunas ideas clave para comprender las ideas de Chomsky, un intelectual de difícil clasificación que se ha destacado por ofrecer una perspectiva perspicaz sobre los problemas que afectan al mundo. Mundo que no debemos dejar de lado, que nos debe invitar a salir de ese individualismo heredado.
Noam Chomsky revolucionó por completo el paradigma de los estudios lingüísticos al proponer que el lenguaje es una capacidad innata del ser humano, no algo que se aprende. Según Chomsky, todos los seres humanos poseen una impronta genética que les permite desarrollar el lenguaje en la infancia, como si estuvieran biológicamente programados para hablar. Además, ha expresado en repetidas ocasiones, siguiendo las teorías de pensadores como Isaac Newton, que la ciencia tiene sus límites y no puede explicarlo todo. A pesar de ser un científico, reconoce que la mente humana, aunque poderosa, tiene sus restricciones, y hay cuestiones que nunca serán resueltas.
En cuanto a sus posturas políticas y sociales, Chomsky muestra un profundo rechazo al capitalismo, especialmente en su etapa tardía, argumentando que produce desigualdades económicas que desembocan en regímenes autoritarios, guerras y catástrofes medioambientales. También se ha interesado en el anarcosindicalismo, centrándose en las condiciones y el lugar de trabajo.
Chomsky defiende la flexibilidad y la libertad de expresión, sosteniendo que todas las personas, incluso aquellas con las que no estamos de acuerdo, tienen el mismo derecho a expresarse, aunque sus palabras nos perjudiquen directamente. Asimismo, muestra cautela en cuanto a la religión, declarándose contrario a cualquier tipo de creencia irracional.
Este pensador también ha destacado la importancia del relato histórico, señalando que los vencedores suelen ser los dueños del relato, lo que influye en la interpretación de la “verdad”. Chomsky aboga por la información veraz y de calidad como clave para la resolución de conflictos, y advierte sobre la manipulación mediática y el peligro de la información de poca calidad.
En relación con la inteligencia artificial, Chomsky ha expresado que, si bien no considera intrínsecamente negativos programas como ChatGPT, no deben ser comparados con la inteligencia humana, ya que la mente humana busca explicaciones, no solo correlaciones brutas entre datos.
¿Queremos tener una sociedad de individuos libres, creativos e independientes, capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos, o queremos gente que aumente el PIB? No es necesariamente lo mismo. Esto último lo dijo Noam Chomsky (se quita el sombrero).