Por Fernando Urbano
La 4T se vive en familia, y así la viven las familias más cercanas a López Obrador. En el gabinete federal existen casos de familias, en las que más de un integrante, están en la administración pública; pero para los ojos del lopezobradorismo, eso en ninguna forma es nepotismo, aunque se le parece. La vieja práctica del nepotismo es una acción que ni la Cuarta Transformación ha logrado erradicar, por eso han decido hacerla parte de su propia vida institucional.
Las hermanas alcalde Luján son conocidas por estar en cargos de alto rango, Luisa María, secretaria de Gobernación, y Bertha María, titular del ISSSTE. Su madre, Bertha Elena Luján Uranga, es cercanísima al presidente, pues trabajó como su contralora, cuando fue jefe de Gobierno. Karina Luján Luján y Tania Tiscareño Luján, primas de la secretaria de Gobernación, ocupan cargos en el gobierno de la Cuarta Transformación.
Los Taddei son otra familia que ha encontrado espacio de sobra en la 4T, Jorge Luis Taddei Bringas, ha sido delegado de los programas del Bienestar en Sonora, Guadalupe Taddei, hoy es consejera presidenta del INE. Asimismo, Pablo Daniel Taddei, hijo de Jorge Luis, fue designado por el propio López Obrador como director de la paraestatal LitioMX.
Los Monreal Ávila, además de terratenientes, encabezados por el senador Ricardo Monreal, y su hermano David, Gobernador de Zacatecas. Al menos cuatro de sus familiares se encuentran en algún puesto público, principalmente en Zacatecas, y al menos otros cinco indirectos ocupan cargos en diferentes niveles de gobierno afines a la 4T.
En el caso de los Batres Guadarrama, fuertes críticos del nepotismo, encabezados por Martí Batres, hoy jefe de gobierno de la capital del país, recibió la venia presidencial para que sus hermanas Valentina y Lenia, esta última actual ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ocuparan cargos de primerísimo nivel.
Adán Augusto López, ex titular de la Secretaría de Gobernación, recibió espacios de sobra para familiares y amigos. La hermana de Adán, Rosalinda López Hernández, quien falleció el pasado 5 de junio, fungió hasta su último día como Administradora General de Auditoría Fiscal Federal del Servicio de Administración Tributaria, y en las elecciones del 2 de junio había ganado una senaduría por Morena en Tabasco. El gobernador de Chiapas, también morenista, Rutilio Escandón, era esposo de Rosalinda. Melchor López Hernández, hermano de Adán, encabeza la Notaría número 13 del Centro de Tabasco, la misma que anteriormente dirigió su padre.
López dirigió en su momento su poder presidencial para colocar a Miguel Torruco Garza, como encargado del Programa de la Comisión de Box, y a su padre, Miguel Torruco, en el secretario de Turismo. La misma historia se repitió en Puebla, con el superdelegado, Rodrigo Abdalá, quien es sobrino de Manuel Bartlett, titular de la CFE.
Ernestina Godoy, la futura consejera jurídica de la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, mantiene a tres familiares directos laborando en el Gobierno federal: su hermana y sus dos hijas.
Estos casos, producto de la casualidad, se dan aún y cuando el propio López Obrador se ha manifestado en contra de favorecer a familiares desde el gobierno; incluso, en más de una ocasión ha señalado, que en más de una ocasión instruyó a todos los servidores públicos de su gobierno a través de un memorándum a no permitir la corrupción, el influyentismo, el amiguismo, y el nepotismo. Los casos abundan, pero no es nepotismo, es familia nada más.