Jesús Alvarado
No daremos en esta columna clase de los recursos no renovables, pero uno que ha incrementado su valor, sobre en todo en los últimos años con el cambio climático es el agua, más ahora con la sequía prolongada.
Siendo muy honestos, la mayoría de los Sistemas Municipales de Agua han fracasado, entre la corrupción y la nula preparación de sus directivos para entender lo que significa administrar una empresa de esta magnitud.
De aquí nace la interrogante sobre los sistemas privados de agua. Saltillo, es el caso. ¿Vale la pena que una empresa privada tenga el control del vital líquido de una ciudad?
Para el caso en mención, sí. Para el caso en general, depende de los resultados que tengan este tipo de empresas.
Antes de que llegará Aguas de Barcelona y creará Aguas de Saltillo, la realidad es que las colonias no tenían el servicio a diario. Se presentaban fugas por todos los sectores, y el servicio de reparación era carísimo para las arcas municipales. En pocas palabras, era un fracaso el sistema municipal.
Hoy, los resultados son otros. Un servicio de calidad, con cobertura en la mayoría de los sectores. ¿Hoy se paga más? Claro. El buen servicio cuesta.
Siempre vale la pena cuestionar los resultados y cómo se reparten las ganancias. Se debe presionar para que el municipio obtenga sus ingresos justos, y lo del cesar al cesar. Es decir, Aguas de Saltillo es una empresa privada, por lo tanto, trabaja para obtener ganancias.
Cuestionarse el servicio de agua potable que tienen quienes viven en Saltillo no vale la pena porque los resultados están a la vista. Velar por los intereses de los saltillenses, sí vale la pena.
Hay retos en los que se debe presionar como sociedad. Como la estrategia a largo plazo de una mayor captación del vital líquido. Una mayor utilización del agua reciclada para la industria y riego de las áreas verdes de la ciudad.
Otro, es el cuidado del agua. Una mayor rigidez en multas – las cuales sean por causas justas- a empresas y particulares que desperdician el agua en desmedida sin importar las condiciones actuales en el país y en el mundo.
En Saltillo, viven las personas bajo una buena economía y servicios de calidad. Todos ellos sin duda alguna con áreas de oportunidad para mejorar. Pero vale la pena, voltear a ciudades como Monclova y Torreón, y darse cuenta de los servicios de agua, los cuales tienen grandes quejas ciudadanas.
EL REMATE
Pocas ciudades en el norte y centro del país se salvan de problemas de agua. El principal problema de las aguas superficiales es la contaminación, en particular por las aguas residuales, ya sean domésticas, industriales, agrícolas o ganaderas, que en la mayoría de los casos son vertidas sin tratamiento previo y que contienen elementos y sustancias contaminantes disueltas.
El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), propone una serie de recomendaciones de política pública que abordará a detalle en estudios posteriores que atiendan la problemática del agua desde los ángulos de regulación, infraestructura y gestión.
Propuestas: Mejorar el monitoreo del uso del agua, desarrollar proyectos climáticos en el sector ganadero y agricultor, evaluar y actualizar la delimitación de los acuíferos; así como invertir en modernización y conservación de infraestructura.