Por Fernando Urbano
No soy economista y mucho menos experto en comercio internacional, pero entre la gran cantidad de disparatadas que han surgido de la 4T, perder un acuerdo comercial con Estados Unidos es sin duda una de las peores que he escuchado. La interacción y la dependencia económica es mutua, y particularmente para México podría tener riesgos por demás importantes. Sin mucha técnica, pero con mucho sentido común es fácil entender los riesgos.
Estados Unidos es el principal socio comercial de México, basta con entrar en la página de la Secretaría de Economía para verificarlo, y entender el nivel de flujo comercial que existe entre los dos países, por lo que suspender la interacción económica afectaría de forma inmediata las exportaciones mexicanas.
La postura presidencial de minimizar las amenazas del presidente electo Trump de gravar los productos mexicanos con un aumento de aranceles y costos, afecta de forma directa a los productos mexicanos, y a los productores, que se verían en la necesidad de aumentar los costos para poder exportar y esto podría afectar su competitividad.
La falta de un acuerdo comercial con nuestro vecino del norte, indudablemente va a generar inestabilidad comercial que podría disuadir a los inversores extranjeros de invertir en México, lo que podría afectar el crecimiento económico y la creación de empleos. Además, sin un acuerdo comercial, México podría perder competitividad frente a otros países que tienen acuerdos comerciales con Estados Unidos.
El nivel de impacto negativo en la economía mexicana, en el caso de perder el acuerdo comercial, terminará afectando el crecimiento económico, la inflación y el empleo, y serán seguramente agravadas por la desastrosa y segura respuesta del gobierno morenista.
Por otro lado, es importante conocer y reconocer los beneficios al tener un acuerdo comercial con Estados Unidos. En la parte económica, México tiene acceso a un mercado grande y dinámico generado por nuestro principal socio comercial. Este mercado ha permitido a México aumentar sus exportaciones, lo que ha contribuido al crecimiento económico. El acuerdo comercial ha atraído a la inversión extranjera a México, no solamente a la norteamericana, lo que ha contribuido al crecimiento y la creación de empleos.
La industria mexicana y el comercio, ha sido beneficiada con la reducción o la eliminación de los aranceles para muchos productos mexicanos, lo que ha aumentado la competitividad de las exportaciones. El acuerdo comercial ha simplificado los procedimientos aduaneros, lo que ha reducido los costos y los tiempos de entrega para las exportaciones. Además, se han establecido normas para la protección de la propiedad intelectual, lo que ha ayudado a proteger las innovaciones y las marcas mexicanas.
Y con un mayor impacto, hemos recibido también diversos beneficios sociales, como la creación de empleos en los sectores de la manufactura y de servicios. También se han visto mejorados los salarios, especialmente en los sectores que han experimentado un crecimiento significativo.
A estas alturas parece que las amenazas de Trump son la menor preocupación, pues la retórica populista del presidente Sheinbaun está marcando lo que parece ser una retirada unilateral, producto de la ideología oficialista y no por intereses de proteccionismo económico. Mientras tanto la propaganda de su partido intenta vender el posicionamiento del gobierno como un acto heroico y de trascendencia histórica.
Las ventajas de económicas para México deben ser prioridad por encima de cualquier posicionamiento político o de intenciones de producir fanatismo ante la figura presidencial. Nuestro país cuenta con una posición geográfica estratégica que le permite llegar a muchos mercados en el mundo y la única labor de la actual administración no debe ser otra más que mantener abiertos los caminos comerciales existentes y buscar su crecimiento.
