Orgullo y prejuicio

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Corrían las primeras horas del 28 de junio de 1969 en Greenwich Village, N.Y. a las afueras del bar gay “Stonewall Inn”, la policía allanó el lugar y comenzó a sacar con lujo de violencia a todos los clientes, rápidamente la tensión se elevó, las personas se resistían al arresto, esta fue la gota que derramó el vaso, tras años de sufrir acoso por parte de las autoridades, derivando en disturbios por las calles que duraron 3 días.

El levantamiento dio nacimiento a un movimiento emergente que luchaba por los derechos de los homosexuales. Un año después se llevaron a cabo las primeras marchas del Orgullo Gay en Estados Unidos. Y aunque ciudades como Saltillo ya tuvieron la oportunidad de celebrar dicha marcha, la realidad es que muchos mexicanos, a puerta cerrada, preferirían que la gente gay simplemente desapareciera.

El jueves 20 de enero del 2022, en Ciudad Juárez, Chihuahua, civiles pertenecientes a la red feminista y la comunidad LGBTIQ+ marcharon frente a la Fiscalía General del estado de Chihuahua, exigiendo Justicia para Tania Montes –que se hacía llamar Julissa Ramírez en las redes sociales- y Noemí Medina, una pareja homosexual que fue asesinada. Según los registros de los colectivos LGTBQ+ en México, entre 2015 y 2019 hubo al menos 441 personas de la comunidad LGTB que fueron víctimas de violencia en el país.

México cierra los ojos ante el racismo y la homofobia, pero siempre ha estado ahí. Discriminación que se extiende desde los rincones más públicos hasta los más íntimos, disfrazado de chiste, albur y una la lista interminable de frases y dichos homófobos. En un país que prefiere hablar de política y fútbol, muchos mexicanos llevan arraigado en su ADN la creencia de que hay una única forma de ser hombre.

A la sociedad le puede mucho que no vivas como quieren que vivas, te hace preguntarte constantemente que es considerado ser “normal”, lo que te lleva a una constante búsqueda de como sentirte bien contigo mismo. La presión social al contrario de disminuir aumenta, hoy en día los “influencers” te alientan a ser tú mismo, a salir del closet, pero aquellos que así lo expresan no piensan que no todas las personas viven en su privilegio, una cebra no pasa enfrente de una manada de leones; más bien todas estas personas con influencia en la sociedad deberían de trabajar por hacer un mundo seguro para aquellos que alientan a salir del closet.

Hace 20 años no existía la visibilización de la comunidad LGTBQ+ en los medios como hoy en día, donde se ha vuelto una moda el cubrir la cuota de diversidad y volviendo el “salir del closet” un paso forzoso, importante señalar que está misma visibilidad de la que hablamos no es un asunto de “tolerancia”, esa palabra tan sobrevalorada. ¿Qué significa ser tolerante? si todos somos ciudadanos libres e iguales solo cabe esperar de nosotros respeto y afecto. 

Ser gay no es un camino fácil de seguir o un estilo de vida que adoptar por moda, sin embargo, a pesar del ridículo, la reprimenda, los peligros, el odio y el ostracismo que a menudo son parte integral de ser LGBTQ+, muchos se niegan a ser disuadidos y eso es lo que ha representado durante mucho tiempo el Mes del Orgullo: exaltar esas raras historias de victoria en medio de una narrativa de odio, dolor y muerte.

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