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Opinión, Plumas

Spicomellus afer: el anquilosaurio africano que cambió la historia

El Ahuizote
El Ahuizote
octubre 6, 2025

Héctor Rivera Sylva

Durante décadas, los anquilosaurios, esos dinosaurios acorazados famosos por sus colas armadas, parecían ser un grupo exclusivo del hemisferio norte y de épocas más recientes, especialmente del Cretácico tardío. Sin embargo, un hallazgo extraordinario en Marruecos ha derribado esas ideas. Un equipo internacional de paleontólogos de Reino Unido, Estados Unidos, Sudáfrica y Marruecos ha descrito, en un estudio publicado en la revista Nature, el primer espécimen casi completo de Spicomellus afer, un dinosaurio que no solo es el anquilosaurio más antiguo conocido, sino también el primero registrado en África.

El nombre Spicomellus afer ya había aparecido en la literatura científica, pero estaba basado únicamente en un fragmento parcial de costilla hallado en el Jurásico medio de Marruecos. Ese fragmento mostraba una combinación única de hueso y espinas fusionadas, pero su relación exacta con los anquilosaurios era incierta.

El nuevo hallazgo, mucho más completo, ha despejado esas dudas. Ahora, con huesos del tronco, extremidades y parte de la cola, los investigadores pudieron confirmar que Spicomellus no solo era un anquilosaurio, sino uno con características anatómicas sin paralelo en todo el reino animal.

El cuerpo de Spicomellus estaba cubierto por una armadura impresionante, con osteodermos (placas óseas dérmicas) y espinas que sobresalían en ángulos llamativos. Ningún otro vertebrado, ni extinto ni actual, presenta un patrón de armadura tan elaborado.

Estas espinas no solo eran defensivas. Según los investigadores, su extravagante forma pudo haber servido también para mostrar fuerza o atraer pareja, del mismo modo que hoy los pavos reales exhiben sus colas.

Además, en las vértebras de la cola se encontraron las llamadas “vértebras de mango”, una estructura asociada al desarrollo de armas caudales. Esto sugiere que Spicomellus poseía ya algún tipo de cola armada, millones de años antes de lo que los científicos creían posible. Hasta ahora, se pensaba que las colas con mazo de los anquilosaurios habían evolucionado en el Cretácico temprano.

El descubrimiento de Spicomellus reescribe capítulos completos de la historia de los anquilosaurios. Su antigüedad, en el Jurásico medio, indica que este grupo se originó y diversificó mucho antes de lo que se suponía. Además, su presencia en África sugiere que los anquilosaurios se distribuyeron ampliamente por el supercontinente Gondwana, algo que hasta ahora no se había considerado con tanta certeza.

También plantea nuevas preguntas sobre cómo y por qué su armadura cambió con el tiempo. Los anquilosaurios del Cretácico tardío, aunque aún acorazados, presentan osteodermos más simples y funcionales, mientras que el cuerpo de Spicomellus, estaba cubierto de espinas extravagantes, incluidas púas de casi un metro de longitud que se extendían desde un collar óseo alrededor de su cuello. Esta elaborada armadura podría haber sido utilizada para exhibición, lo que desafía la teoría actual sobre por qué los anquilosaurios desarrollaron su extenso blindaje corporal.

El caso de Spicomellus demuestra el poder de los fósiles para desafiar lo que creíamos saber. Este dinosaurio no solo extiende el registro fósil de los anquilosaurios en millones de años y a un continente nuevo, sino que también revela que su evolución fue mucho más compleja y diversa de lo que imaginábamos.

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