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Opinión

Quien no conoce su historia está condenado a repetirla…

Nestor Hurtado
Nestor Hurtado
mayo 12, 2025

Estoy en un punto de mi vida en la que me fascina escuchar dichos y refranes, quizás por la edad, a lo mejor por lo que estudié o sencillamente porque me encanta la picardía latinoamericana en donde muchos hechos o cosas complicadas, suelen expresarse con una frase muy simple y coloquial.

Cuando era un niño, escuchaba a un hermano de mi mamá decir permanentemente que en el papel de “hombre de la casa”, a una mujer “no se le podía dar ni todo el amor, ni todo el dinero”, porque eso, según él y según el dicho, hacía que la mujer en algún momento se hartara de su pareja, dejando ver de manera implícita el hecho de que a las mujeres les gusta por decirlo de manera aventurada “batallar en la vida” y si lo tienen todo, digamos “se aburren”.

Debo decir que, a mis 36 años, tal dicho de mi tío, en cuestión de pareja, aún sigo tratando de descifrarlo, pero trasladando este refrán al área de paternidad y con la poca experiencia que tengo al respecto, con 2 pequeños; Greta de 9 años y Rafael de 5, tengo muy claro, que, si a los hijos se las da absolutamente todo, más que ayudarlos, los perjudicamos a largo plazo.

¿Por qué quise arrancar con esta analogía?, porque a todo ser humano, sin excepción, cuando se le da algo de manera permanente, lo “normaliza” o lo da por hecho, sin saber lo que cuesta o lo que implica.

Así como un menor de edad da por hecho su educación, su alimentación, su recreación o sus juguetes en sus cumpleaños y navidades, la sociedad cuando se le da por ejemplo seguridad, se acostumbra a tal grado que de manera sorprendente puede dejar de valorarla. 

Muchas veces he hablado del “Modelo Coahuila” en cuestión de seguridad, y sobre todo los resultados que están a la vista de todos, y sobresalen aún más cuando vivimos en un estado fronterizo y rodeados de estados con situaciones muy complicadas.

Pero en estos momentos, siento una ligera preocupación, de que la ciudadanía “normalice” la seguridad al grado que deje de valorarla. Así como un pequeño da por hecho que tendrá un juguete en navidad, no podemos como ciudadanía pensar que las cosas se darán como por arte de magia. 

Hoy en día contamos con una Policía Estatal de primer nivel, con profesionales que a su vez se coordinan con las Policías locales en los 38 Ayuntamientos, asimismo la Fiscalía General del Estado complementa con tareas de investigación, cerrando la pinza para el buen funcionamiento del esquema estatal.

Y como todo en la vida, siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero es justo aquí, en donde si nos involucramos como sociedad, podemos llegar aún más lejos y a mi consideración ésta podría ser una estrategia para no “normalizar” la seguridad y valorarla día a día.

Imaginen si el “Lord Tablazos” hubiera sido en Tamaulipas, Zacatecas o Sinaloa, solo por mencionar algunos ejemplos, definitivamente coincidiremos en que la reacción de los elementos de seguridad hubiera sido otra.

Creo firmemente en que no se trata de aplaudir únicamente los resultados, se trata de mejorar con nuestra participación el esquema que de manera permanente permite que podamos vivir en uno de los estados más pacíficos de México.

Así que lo reitero, muy vivos, valoremos lo que tenemos, y atentos de lo que pueda venir, por eso a informarnos y a buscar siempre un mejor Coahuila, sonará a eslogan de campaña, pero sin duda es tarea de todos. 

Coincido con lo que en su momento pensó Napoleón Bonaparte, en que si no sabemos de dónde venimos, podemos caer en escenarios de los cuales nos ha costado mucho salir. 

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