Bajo los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) nuestro país ocupa el séptimo lugar en Latinoamérica de trabajadores informales.
Si bien es cierto que una gran mayoría de mexicanos buscan a cualquier costo ganarse el sustento económico, lo cierto es que tenemos un régimen burocrático incapaz de promover y resolver la apertura de micronegocios. Agréguele, que somos un país recaudador, lo que viene a desanimar a comerciantes en el mercado informal.
El tercer trimestre de 2024, el 54,2% de la población mexicana de 15 años o más contaba con empleos de carácter informal.
¡Wow! Esa sería la expresión para quienes no están acostumbrados a tener conocimiento de estos datos. Porque, por unos minutos usted imagine el motor de la economía teniendo a todos ellos dentro de la formalidad.
Para lograrlo, la llamada “Tramitología” debe cambiar a un proceso más fácil. Con impuestos adecuados a cada negocio y no con altos pagos a las arcas del gobierno que solo llevan a huirle al sistema tributaria.
Por otra parte, los gobiernos locales y estatales deben regresar los impuestos en una mejora de la infraestructura de la ciudad, de dotación de seguridad y espacios adecuados para el comercio.
Y usted dirá, ¿dónde queda el Gobierno Federal? Muy simple. Una correcta distribución de los impuestos a los estados. Olvidemos premiar a los gobiernos estatales que no hacen bien su trabajo. Investigue un poco, échele un ojo al caso Oaxaca o Campeche.
Sin duda, hay que revisar las obligaciones de orden de gobierno. Hace años se decidió a través del Plan Mérida apoyar a las fuerzas fedéreles de seguridad, dejando en el abandono a los policías municipales y estatales, quienes son el primer filtro contra la delincuencia organizada.
El tema de la informalidad en el territorio azteca no se soluciona en un texto de una cuartilla. Tampoco pegamos millones de pesos por análisis profundos que terminan siendo datos de las instituciones gubernamentales.
Vale la pena revisar como Uruguay, Chile y Costa Rica -en el orden respectivo- tienen la formalidad más baja en el Latinoamérica. Tres países con condiciones y factores muy diferentes al caso, pero con éxito en su estrategia.
Brasil y México son las dos economías emergentes y poderosas de la misma Latinoamérica. También valdría la pena el comparativo de como la tierra del amazonas tiene una baja tasa de informalidad.
Somos el país de por dónde empezar. Revisando sexenio tras sexenio si fue primero la gallina o el huevo para armar la estrategia de crecimiento.
En este espacio, EN EL REMATE, cada uno necesita poner su parte. Empresarios, gobiernos, ciudadanos y los diversos gremios.
Necesitamos querer ser una potencia. Hoy el respaldo ciudadano a Donald Trump radica en su narrativa. Querer ser una gran nación.
Le llegó al norteamericano queriendo recuperar su grandeza, y acá pegaron con su frase “Primero los Pobres”. Usted analice y tenga su propia opinión.