Releo. Al parecer, ya no leo. Es decir, ya nada más releo libros fundamentales los cuales forman parte de mi pálido alfabeto. Con ellos voy a morir. Con ellos deseo ser enterrado. Usted lo sabe, varios de mis autores tutelares y de formación son los siguiente: T.S. Eliot, Francis Scott Fitzgerald, Tomás Eloy Martínez, Malcom Lowry, Octavio Paz, Juan Rulfo, Ernest Hemingway, san Juan de la Cruz…
En fin, la nómina es larga y el espacio corto. Por estos días repaso la obra de Rulfo. Libros perfectos. Parcos en páginas, pero profundos en su contenido: forma y fondos pulcros. Y antes de cualquier otro ser humano tenga la siguiente idea, lo voy a publicar en este generoso espacio editorial. Bueno, mi ignorancia es mucha, juro lo siguiente: ya otro humano lo notó antes a su servidor. Pero bueno, viene mi hallazgo y descubrimiento.
¿Cuántas ocasiones puede caer el rayo, un rayo en el mismo lugar? ¿Se puede uno tropezar dos veces con la misma piedra? Para decirlo con el filósofo de la antigüedad, Heráclito ¿se puede uno bañar dos veces en las aguas del mismo río? ¿Es la misma agua o es otra?
Usted lo sabe o incluso y tal vez, lo padeció: el 19 de septiembre de 1985 un terremoto de magnitud 8.1 en la ciudad de México, la devastó en ciertas zonas. ¿Mito, realidad, coincidencia, ley de atracción, conciencia global…? El 19 de septiembre de 2017 se registró otro terremoto de magnitud 7.1. Cinco años después, el 19 de septiembre de 2022, se registró un temblor más, con mayor intensidad, 7.7; pero siempre en esa fecha.
Hay un dicho: “Si lo crees, lo creas.” Sí, es aquello de la “conciencia global”, una investigación de gran caldo de Roger Nelson para la Universidad de Princeton, en Estados Unidos. Lea usted los siguientes versos de Jorge Luis Borges los cuales sacuden al mundo: ““Dios mueve al jugador, y este la pieza
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza/ De polvo y tiempo y sueño y agonías?”
¿Sabe usted quién mueve la mano de Dios? Los hombres. Los escritores de genio, como el divino Juan Rulfo. En su colección de cuentos, “El llano en llamas”, hay un texto, un cuento, un relato titulado “El día del derrumbe.” Sí, es un temblor, un terremoto el cual sacude la tierra, las conciencias del pueblo y los cimientos mismos de nuestra mexicanidad, lo cual hoy no significa nada. ¿Sabe usted en qué día sucede lo anterior en el texto de Rulfo? Un 18 de septiembre…
En corto:
#El inicio del texto “El día del derrumbe” del maestro Juan Rulfo, es el siguiente. Sigo la edición publicada por Planeta en 1975:
“Esto pasó en septiembre. No en el septiembre de este año sino en el del año pasado. ¿O fue el antepasado, Melitón?
-No, fue el pasado.
-Sí, si yo me acordaba bien. Fue en septiembre del año pasado, por el día veintiuno. Óyeme Melitón, ¿No fue el veintiuno de septiembre el mero día del temblor?
-Fue un poco antes. Tengo entendido que fue por el dieciocho.”
# ¿Un día más un día menos? ¿Unas horas más o unas horas menos? Lo bien cierto es: el maestro Rulfo, como otros estetas han tenido esa visión profética para ver un futuro el cual no existe, pero si han delineado nuestro presente y futuro a través de sus letras. ¿Sabe usted quién habló del derrumbe de las Torres Gemelas de Nueva York en aquel año de 2011, pero muchos años antes, específicamente lo escribió en 1949? El maestro y amigo de Rulfo, Juan José Arreola en “Varia Invención.”
#El texto es una obra de teatro. Teatro el cual se lee como narración, como profecía, como guión cinematográfico, como película… como la vida misma. Se llama “La hora de todos.” Genial. Profetizó la caída de las Torres Gemelas de Nueva York. Así de sencillo y complicado. Lea el texto. Lea a Rulfo, lea al maestro Arreola.