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Opinión, Plumas

Freud y la cultura

Jesús R. Cedillo
Jesús R. Cedillo
julio 1, 2025

Usted lo sabe: no entiendo la vida sin la lectura, la cultura en general y la educación. Pero, la cultura molesta, enfada. La educación y cultura otorga y da conciencia. Otorga valores, ética, moral y sin duda, no pocas veces sentimientos. Ojo, los sentimientos como los valores o las doctrinas, no nacen con uno, no; uno los tiene que cultivar y amamantar, así de sencillo. 

Pero la cultura como los sentimientos, estorban en el mundo cotidiano y digamos, normal. En 1930 Sigmund Freud publicó su célebre ensayo “El malestar en la cultura.” A 95 años de su edición (cifra redonda, aniversario el cual y como siempre, aquí ha pasado desapercibido) el libro se muestra lozano y jovial y molesto en muchas de sus partes y capítulos. Hace pensar, reflexionar y levanta críticas a casi cien años de su publicación original. Su tesis perturba aún hoy.  

Avanzo: no comparto en lo más mínimo aquello que supuso una de las apuestas de Freud: todo emparentarlo con la libido (o su ausencia), aquello del complejo de Edipo, la falocracia (sigue vigente, por lo demás), la castración y eterno anhelo de una mujer por un pene el cual no tienen y en fin, todo eso que usted y yo conocemos mínimamente del pensamiento de Sigmund Freud. 

No bien inicia su ensayo, Freud deja caer aquella sentencia de Plauto: “El hombre es lobo del hombre.” Escribiría: “El ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación personal una buena cuota de agresividad.” Agresividad, maldad; depredar, a como de lugar y de plano, engullirse al vecino si éste es un obstáculo.

A reserva de mejorar el porcentaje, le creemos a Freud al 110%. “Los seres humanos (son) como bestias salvajes que ni siquiera respetan a los miembros de su propia especie.” ¿Creer en la cultura y sus valores cohesionadores al igual que la educación? Tal vez es lo contrario: la cultura dota de conciencia (ya no religiosa, sino personal y ética como formación individual) al ser humano y al final de cuentas, como los sentimientos, estorban. 

En una glosa al ensayo de Freud, el analista León Rozitchner escribe: “La paradoja de la conciencia moral: castiga al justo más que al pecador.” Pues sí, la conciencia de la cultura (no sólo como manifestación artística sino como armado y estructura adquirida por el hombre en su vida) nos otorga valores, criterios, principios, doctrinas y acaso también, tabús que luego son imposibles de romper.     

En corto

#En otro momento de su ensayo, dice Freud: “Al comienzo, la conciencia moral (mejor dicho: la angustia, que más tarde deviene conciencia moral) es por cierto causa de la renuncia de lo pulsional… Para acrecentar nuestros valores como humanos (moderación), debemos renunciar a nuestra vocación innata a los placeres; por lo general y todo el tiempo, de la carne y los deseos (lo pulsional).” 

#Es decir, no pocas veces y en boca de Freud, la cultura tiene una base fuerte y palpable en la insatisfacción de la sexualidad. Cosa con la cual estoy en desacuerdo; pero en fin, parte tiene razón. Y si no hay bases, cimientos sólidos, raíces bien ancladas en la tierra, cualquier vendaval de maldad nos va a llevar a eso: a la perversión, a la corrupción, a la putrefacción, a permitir o cometer todo tipo de atrocidades. Ya sin asidero ni freno alguno por un motivo: la cultura estorba, lo vimos antes, y es mejor no tener cultura, valores ni conciencia para entonces sí, entregarse al desenfreno y la depravación totales.

#Insisto, el libro nos hace reflexionar harto. La ficha completa del libro en mis manos e sla siguiente: editorial Siglo XXI, volumen a cargo de Néstor A. Braunstein. Lea usted: “Uno no puede apartar de sí la impresión de que los seres humanos suelen aplicar falsos raseros; poder, éxito y riqueza es lo que pretenden para sí y lo que admiran en otros, menospreciando para sí los valores de la vida.” Termina la cita. ¿Poder, éxito y riqueza? Eso son hoy Donald Trump y Elon Musk. Y no, no van al psicólogo. Ni les interesa.  

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