Héctor Rivera Sylva
Durante décadas, los dinosaurios iguanodóntidos de Portugal han sido conocidos principalmente por restos fragmentarios hallados en la Formación Lourinhã, del Jurásico Superior. Allí se han identificado parientes primitivos como los driosáuridos y estiracosternios basales. Sin embargo, del Cretácico Inferior, el registro era escaso y disperso… hasta ahora.
Un equipo de paleontólogos portugueses ha descrito el primer cráneo completo de un iguanodóntido en Portugal, al que han bautizado como Cariocecus bocagei. Este descubrimiento, publicado en el Journal of Systematic Palaeontology, arroja nueva luz sobre la evolución y dispersión de estos herbívoros en Europa durante el Cretácico temprano.
El fósil, proviene de los acantilados de Praia do Areia do Mastro en Cabo Espichel, cerca de Sesimbra. Fue hallado en la Formación Papo Seco, de edad Barremiense inferior (alrededor de 125 millones de años).
Se conserva el lado derecho del cráneo. Aunque el ejemplar aún no había alcanzado la madurez, los investigadores estiman que su cráneo habría alcanzado unos 45 centímetros de longitud en vida.
Cariocecus posee una combinación de características nunca vistas en otros iguanodóntidos, que lo convierten en un nuevo género y especie.
El análisis filogenético lo ubica como un hadrosauroideo basal, dentro de un clado junto a Comptonatus y Brighstoneus, ambos de las islas británicas. Esto indica que, durante el Cretácico Inferior, existían poblaciones de iguanodóntidos que evolucionaban de forma aislada en distintas regiones de Europa, favorecidas por el efecto de endemismo insular cuando el continente estaba fragmentado en numerosas islas.
Además, el equipo realizó un análisis biogeográfico que sugiere que los iguanodóntidos se originaron en Sudamérica, desde donde se dispersaron hacia América del Norte durante el Jurásico Superior, y posteriormente alcanzaron Europa en el Cretácico Inferior.
Cariocecus sería parte de esa oleada de colonización hacia el este, representando una rama temprana que se adaptó a las condiciones particulares del archipiélago europeo.
Uno de los aspectos más innovadores del estudio fue el uso de microtomografía computarizada para reconstruir digitalmente el interior del cráneo. Gracias a esta técnica, los paleontólogos pudieron recrear el endomolde cerebral, los nervios craneales y el oído interno de Cariocecus.
Incluso lograron modelar con detalle estructuras blandas del oído y las ramificaciones del nervio vestibulococlear, algo prácticamente inédito en dinosaurios. Los resultados mostraron fuertes similitudes con otros hadrosauriformes como Iguanodon y Proa.El descubrimiento de Cariocecus no solo aumenta el escaso registro de dinosaurios del Cretácico Inferior portugués, sino que también ofrece una mirada sin precedentes al cerebro y los sentidos de un dinosaurio joven.




