Funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) aseguraron a la revista Proceso que no existe ningún registro del ingreso del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, a Los Ángeles el pasado 25 de julio, fecha en la que el capo Ismael “El Mayo” Zambada fue capturado. Según Rocha Moya, viajó ese día a Estados Unidos en una aeronave privada, sin embargo, fuentes de aduanas aseguran que no hay evidencia que confirme este viaje, lo que ha desatado especulaciones sobre su verdadera ubicación y rol en los hechos.
El 25 de julio, un avión privado Lear 45, con matrícula a nombre de Servicios Ejecutivos Aéreos VIZ, despegó de Culiacán y aterrizó en Los Ángeles cerca de las once de la mañana, según el itinerario compartido por el propio gobernador. Ese mismo día, en Culiacán, ocurrió un hecho trascendental en el mundo del narcotráfico: el Mayo Zambada fue secuestrado por su propio ahijado, Joaquín Guzmán López, alias “El Chapito”, para entregarlo a las autoridades estadounidenses. En una carta posterior, enviada por el abogado de Zambada, se menciona que el capo fue engañado bajo el pretexto de una reunión que involucraba al exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Héctor Melesio Cuén, y al gobernador Rocha Moya. Sin embargo, según la carta, Rocha nunca asistió al encuentro.
Fuentes del Departamento de Supervisión e Inteligencia de la CBP realizaron una búsqueda exhaustiva con el nombre completo del gobernador, su nombre parcial y su fecha de nacimiento, sin encontrar ningún registro de su entrada al país en las fechas mencionadas. “Esa persona no ingresó al país ni en esa fecha ni en fechas cercanas. Eso te lo puedo asegurar”, afirmó la fuente de aduanas, que incluso mostró una imagen del sistema con la búsqueda realizada.
Las dudas aumentan con testimonios provenientes del propio círculo del Cártel de Sinaloa, que sugieren que Rocha Moya nunca dejó el estado. Según una fuente anónima vinculada a la organización criminal, el gobernador habría enviado a un secretario con su teléfono celular a Los Ángeles, para hacer creer que había viajado personalmente a Estados Unidos. Esta versión sostiene que Rocha estaba al tanto de lo que iba a suceder y permitió que su nombre fuera utilizado por “Los Chapitos” para llevar a cabo la traición y secuestro de Zambada.
Tras la captura del Mayo Zambada y el asesinato de Héctor Melesio Cuén, el gobernador Rocha Moya negó haber tenido conocimiento de la reunión o alguna relación con el capo. “Si le dijeron que yo iba a estar (en la reunión), le mintieron; y si (Zambada) les creyó, pues cayó en la trampa”, expresó Rocha cuando la carta salió a la luz. Aun así, fuentes consultadas por Proceso aseguran que no sería la primera vez que Rocha Moya tendría contacto con líderes del Cártel de Sinaloa.
Las tensiones entre Rocha y Cuén también eran de dominio público. Ambos mantuvieron una relación distante luego de que Morena decidiera postular a Rocha como candidato a la gubernatura, una posición que Cuén también aspiraba. Pese a la separación política, Cuén fue uno de los personajes centrales en la reunión que terminó en tragedia, donde fue asesinado en Huertos del Pedregal, en Culiacán. La versión oficial indica que Cuén fue asesinado durante un intento de asalto en una gasolinería, pero los testimonios del Mayo Zambada señalan que su muerte ocurrió al mismo tiempo que su secuestro, en una zona mucho más remota de la ciudad.
El supuesto viaje de Rocha Moya y los nexos con el cártel son parte de una historia más compleja que ha puesto bajo escrutinio la relación entre el gobierno del estado de Sinaloa y los líderes del narcotráfico. La presidencia de Claudia Sheinbaum ha defendido públicamente al gobernador, asegurando que no tiene vínculos con “Los Chapitos”. Sin embargo, la polémica sigue escalando y, mientras las investigaciones avanzan, las conexiones entre política y crimen organizado en Sinaloa continúan siendo un tema delicado que aún no encuentra claridad.
Este escándalo ha puesto a Rocha Moya en una posición vulnerable dentro del movimiento político de la 4T, donde ya se escuchan voces que lo relacionan con hechos que podrían comprometer seriamente su futuro político. Aunque el gobernador ha negado cualquier implicación en la captura de Zambada y el asesinato de Cuén, las sospechas persisten, y su aparente “viaje fantasma” a Estados Unidos solo ha añadido más leña al fuego.
