Manuel Guerrero, el mexicano-británico detenido en Qatar por su orientación sexual, regresó a la Ciudad de México después de salir del país árabe la semana pasada. En su primera conferencia de prensa, acompañado de su hermano, Guerrero afirmó que su arresto no lo define y que continuará luchando por un mundo donde todos puedan vivir con dignidad y libertad, independientemente de su orientación sexual o estado de salud.
Guerrero denunció que Qatar somete a sus propios ciudadanos a terapias de conversión y mantiene centros de detención con condiciones inhumanas. También criticó al Estado catarí por no garantizar el debido proceso, señalando la falta de apoyo legal y de traducción, lo que considera una violación a los derechos humanos.
Además, Guerrero abordó el estigma y la desinformación sobre el VIH, enfatizando que las personas con una carga viral indetectable no pueden transmitir el virus, una realidad científica que debe ser difundida para combatir la ignorancia.
Anunció la creación de Xuma, una organización de derechos humanos formada por su equipo de defensa, que trabajará para enfrentar otras injusticias. Guerrero dejó Qatar rumbo a Londres el 12 de agosto, tras pagar una multa por una condena relacionada con posesión de drogas, cargos que él y su familia han negado.
La detención de Guerrero en Doha ocurrió el 4 de febrero, cuando fue arrestado en una trampa tendida por las autoridades a través de la aplicación ‘Grindr’. A principios de agosto, un juez confirmó la sentencia en una audiencia celebrada en junio. Guerrero y su familia han rechazado las acusaciones.
