El legado de violencia del sexenio de AMLO: “Abrazos, no balazos” y el periodo más sangriento de México

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El enfoque de seguridad de Andrés Manuel López Obrador, basado en el lema “abrazos, no balazos”, dejó al país sumido en el sexenio más violento de su historia reciente. Con un total de 194,510 homicidios y 53,566 desapariciones registradas entre diciembre de 2018 y octubre de 2024, los números superaron las cifras de los gobiernos anteriores de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Pese a que la estrategia intentó enfocarse en la pacificación a través de programas sociales y la no confrontación directa con el crimen organizado, los resultados fueron devastadores en términos de violencia.

Los datos actualizados del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan que los estados con mayores víctimas de homicidio fueron Guanajuato, con 20,624 asesinatos; Baja California, con 16,245; y el Estado de México, con 16,237. Otros estados gravemente afectados fueron Chihuahua, Jalisco y Michoacán, con más de 12,000 homicidios cada uno. Estas cifras reflejan que la violencia no solo se mantuvo, sino que en muchos casos se intensificó, especialmente en zonas controladas por cárteles del narcotráfico.

Durante el sexenio de López Obrador, el incremento de homicidios dolosos y feminicidios fue notorio en estados como Morelos, Nuevo León, Michoacán, Sonora y Zacatecas. En entidades como Baja California, Chihuahua y Guanajuato, la violencia alcanzó niveles críticos, con pocas señales de reducción a lo largo de los seis años. Aunque en algunos estados como Jalisco, Veracruz, Tamaulipas, Guerrero y la Ciudad de México se registraron ligeras reducciones en la incidencia de homicidios, estas mismas regiones concentraron una parte importante de las desapariciones, lo que señala la persistencia de la crisis de seguridad.

En el plano municipal, la situación fue igual de alarmante. La violencia desatada en las ciudades fronterizas, especialmente en Tijuana y Ciudad Juárez, mostró una tendencia ascendente. Tijuana acumuló 10,580 carpetas de investigación por homicidio doloso y feminicidio, mientras que Ciudad Juárez sumó 6,671, lo que refleja el nivel crítico de violencia en estas áreas clave del país. Además, más de 30 ciudades mexicanas registraron más de mil asesinatos durante el sexenio, concentrando en conjunto más de 63,000 carpetas de investigación. Entre ellas, destacan ciudades como León, Celaya, Irapuato y Salamanca en Guanajuato, Guadalajara y Zapopan en Jalisco, así como Tijuana, Morelia, Uruapan, Ciudad Juárez, y Culiacán.

El impacto de esta ola de violencia ha dejado huella en el nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum, quien asumió la presidencia en septiembre de 2024. La mandataria heredó un país marcado por la inseguridad, lo que quedó reflejado en la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, que reveló que el 58.6% de los mexicanos se siente inseguro en su ciudad. En las primeras semanas de su mandato, Sheinbaum ha enfrentado varios incidentes de alto impacto, como el conflicto entre los grupos criminales “Mayitos” y “Chapitos” en Culiacán, el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en Chiapas, la decapitación del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, y la masacre de migrantes en Villacomaltitlán, Chiapas. Estos hechos han exacerbado la preocupación por la seguridad en el país.

Los datos del SESNSP también revelan que, aunque algunos estados lograron reducir la violencia homicida, otros como el Estado de México, Michoacán, Sinaloa, Sonora y Zacatecas se convirtieron en focos de desapariciones. En particular, los municipios fronterizos con Estados Unidos experimentaron un recrudecimiento de la violencia debido a la lucha entre cárteles por el control del tráfico de drogas y personas.

Durante su campaña, Claudia Sheinbaum se comprometió a enfocar su gobierno en pacificar las regiones más afectadas. Ha prometido que pondrá especial atención en 10 municipios con altos índices de homicidios, entre ellos Colima, Tijuana, Acapulco, Celaya, Cajeme, Ciudad Juárez, Tlajomulco de Zúñiga, Chihuahua, León y Cancún. Estas localidades sumaron más de 35,000 carpetas de investigación por homicidios y feminicidios durante el sexenio de López Obrador, lo que las convierte en zonas prioritarias para su administración.

En resumen, el sexenio de López Obrador, marcado por la estrategia de “abrazos, no balazos”, dejó un saldo violento sin precedentes en México. La apuesta por una reducción del enfrentamiento directo con los grupos criminales no logró contener la violencia, y el país continúa en una espiral de homicidios y desapariciones que ha afectado profundamente la vida en numerosas regiones. El reto para el nuevo gobierno será inmenso, dado el escenario de inseguridad heredado, con la esperanza de que las nuevas medidas puedan revertir esta tendencia destructiva.

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