La madrugada del 4 de septiembre de 2024, el Congreso mexicano aprobó una reforma judicial que permitirá elegir por voto popular a jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte. La votación, realizada en una sede alterna por el bloqueo al Congreso, fue avalada con 359 votos a favor de Morena y aliados, frente a 135 en contra.
La reforma reduce a 9 los ministros de la Suprema Corte, acorta su mandato a 12 años, elimina pensiones vitalicias y establece elecciones para renovar el Poder Judicial en 2025 y 2027. También crea nuevas instituciones para reemplazar al Consejo de la Judicatura Federal y elimina las dos salas de la Suprema Corte.
La reforma ha generado críticas y tensiones diplomáticas con Estados Unidos, afectando los mercados financieros y causando una caída en el peso mexicano.