Marcos Pérez, un experto en vinos

0
204

En esta ocasión tuvimos el halago de entrevistar a Marcos Pérez, reconocido empresario en Coahuila. De la Ciudad de México llegó a la capital coahuilense para iniciar una agencia de seguros muy reconocida. Hoy en día se dedica a la empresa Grandes Bodegas. 

Marcos Pérez, un experto en vinos. 

¿De dónde es Marcos?

Soy de la Ciudad de México, tengo 30 años viviendo en Saltillo, me dieron una muy calurosa bienvenida y por eso ya no quise regresar.

Mi papá era de Guatemala, mi mamá de Chihuahua, mi papá se naturalizó mexicano, llegaron acá y yo llegué a Saltillo por asares del destino. Yo empecé mi vida en Saltillo con una compañía de seguros que fundé, que ahora es muy conocida, muy grande está compañía de seguros y desvié un poquito el camino, pero, ahora estoy de regreso en este medio.

Platícanos de tu vida, tus hermanos, ¿cómo eras de niño?

Muy inquieto, mi madre sufrió muchísimo. Inquieto, pero, sano afortunadamente. Soy el menor de tres hombres, mi hermano mayor me lleva 5 años, se llama Jorge, el del medio me lleva 4, se llama Aldo, y yo.

Y, tú educación, ¿dónde la llevaste?

En la Ciudad de México, como Licenciado en Administración de Empresas, el tema de los vinos viene mucho después, aunque desde entonces ya estoy metido en la cata, antes era sin permiso y ahora tengo todos los permisos necesarios.

Ahora, vamos a platicar sobre tu vida laboral, ¿cuándo empezaste? ¿Cuál fue tu primer trabajo? 

Mi primer trabajo fue de muy “chiquillo”, a lo mejor difícil de creer, pero, repartía periódicos. En la zona donde yo vivía, que es Satélite, en la Ciudad de México, había un periódico local que se llama “El Ecos de Satélite”, y yo andaba repartiendo periódicos por las casas, no me acuerdo ni cuanto me pagaban, pero me alcanzaba para el refresco y los chicles, además de mi “Gansito”.

Y de ahí empiezo a agarrar “chambitas” por todos lados, por que tenía que mantenerme ocupado, a parte que mi mamá me ponía a hacer tareas del hogar que no me gustaban, y cuando llegaba en la noche mi papá me ponía a hacer otras tareas que me gustaban más, como podar el césped o “talachas” de electricidad. 

Ya estudiando la carrera, empecé con un agente de seguros, en la Ciudad de México, que me dio la oportunidad y empecé tallando lápiz, no había computadoras en ese entonces. 

Después me buscaron de una compañía de seguros, Seguros Atlas. Después de esa compañía trabajé con un agente de seguros muy grande, eran cerca de 1000 empleados, cambié con otro agente de seguros y mi carrera siempre fue orientada en el ambiente de los seguros, por más de 29 años. 

Me vengo a Saltillo, con una compañía de autos, que únicamente manejaba seguros, yo fundé esa compañía de seguros aquí en Saltillo, empecé con 4 empleados en una oficina en González Lobo y Valdez Sánchez. Después de ahí estuvimos en la Torre Elite, en el octavo piso, ahí me rentaban un espacio, ya éramos entre 10 y 12 personas. Después de ahí necesitábamos hacernos un poquito más grandes y nos fuimos a una casa en La Salle y de ahí nos fuimos a Pedro Figueroa y ahí éramos cerca de 40 personas. Tuvimos muy buena aceptación, mucho crecimiento. Hubo cambios en la empresa y tuve que buscar por otro lado. Estuve en el sector inmobiliario, con Inmobiliaria Server, fue una buena experiencia y un día el papá de mi esposa, en ese entonces, vendía vinos y me dijo “deja Server, vente a trabajar con el tema de los vinos y haz lo que quieras con él. Si te va bien, qué bueno, si no, ni modo.” Y lo empezamos a hacer crecer, nos iba muy bien, en ese entonces era el “Duelo Bodegas de Vinos”.  Fue cuando empecé a entrar en el mundo de sommelier, nunca pensé en ser sommelier, me estuve capacitando, estuve aprendiendo. 

He tenido la suerte de trabajar con muchos sommeliers muy renombrados que ahora son amigos.

Esto, ¿en qué año lo iniciaste? 

En el 2010 / 2011, y empezamos con un negocio muy pequeño, traíamos vinos importados y el Twitter apenas empezaba, ahora es X, y Facebook era lo que la “rifaba” en ese entonces, Messenger también, y gracias a Facebook y Messenger empecé a contactar productores e importadores en la Ciudad de México y en Baja California. Lo mismo que hacemos ahora lo hacíamos en ese entonces, una cuarta parte del espacio que tenemos ahora. Teníamos eventos muy seguidos, hacíamos catas y maridajes con un restaurante de un amigo que estimo mucho, Juan Ramón Cárdenas, siempre nos abrió la puerta como negocio. 

De esa fecha a la actualidad, ¿se ha seguido?

No, duramos unos 3 ó 4 años con ese negocio, vino el tema de la inseguridad y eso nos frenó, porque le hablaban a mi señora para cobrarle piso, eso la asustó mucho, aunque nunca tuvimos un problema de ese tipo, a mí me hablaban y les colgaba, no porque me diera miedo, pero, ¿para que seguirle? 

Tuvimos que cerrar, hubo fallas con clientes. Regresamos al tema de los seguros y luego viene la pandemia y otro cambio radical. En cuestión de amigos, siempre he tenido muy buenos que me han apoyado y estuve 3 años trabajando en un restaurante aquí en Saltillo como sommelier y estuvo muy padre esa experiencia porque hacía de todo, de sommelier, de mesero, de garrotero. 

Y, ¿actualmente?

Estamos en un negocio que siempre quise tener, el concepto desde hace tiempo tenía esta idea, el desarrollo. El diseño de todo esto y fue amasar ideas y lluvia de conceptos. Se llama Grandes Bodegas, también el nombre significa mucho y nos hace un compromiso fuerte, porque tenemos grandes nombre y productos para ofrecerles a nuestros clientes. Además, hacemos cacería de productos. 

¿Cómo ves el vino de Coahuila?

El vino de Coahuila, la verdad es que ha crecido muchísimo, porque antes el único que “rifaba” era el vino de Casa Madero. Cuando estaba a punto de salir San Juan de la Vaquería empezaba son sus pininos. Hoy en día tenemos más de 40 productores de vino en nuestro estado.

¿Qué recomendación le das a la gente? 

Yo les recomiendo que prueben, se aventuren y no se etiqueten en una sola marca. N la región tenemos cosas muy buenas, no se espanten, no crean que, por ser Coahuila, y por ser vino mexicano no sea bueno. El vino mexicano está teniendo un crecimiento mundial impresionante. 

El día 21 de septiembre tuvieron un evento con Mezcal, ¿cómo les fue?

Tuvimos mucha gente, algunas personas le tiene miedo al Mezcal, pero, no es tan malo, es un elixir de los dioses. Este Mezcal es de una persona que hace productos de buena calidad de manera ancestral y artesanal, sin mano industrial ni procesos mecánicos. 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí