Por: Rubén Duarte García.
En la escena culinaria de hoy, donde las tendencias van y vienen a un ritmo vertiginoso, hay historias que trascienden las modas pasajeras y capturan la esencia de lo que significa ser un chef. El Chef Onofre, oriundo de Torreón, Coahuila, es una de esas figuras cuya trayectoria no solo destaca por sus logros, sino por la pasión y el compromiso que ha mostrado hacia la gastronomía desde una edad temprana.
¿Cómo comenzó tu amor por la cocina?
Mi amor por la cocina comenzó cuando era niño, en los restaurantes de mi abuelo. Pasar tiempo en la cocina y ver la magia de transformar ingredientes simples en platos deliciosos me cautivó desde el principio.
¿Qué te motivó a estudiar hotelería, gastronomía y turismo en Monterrey?
Siempre supe que quería hacer carrera en el mundo culinario. Estudiar en Monterrey me ofreció una base sólida y la oportunidad de trabajar en el Hotel Ancira, donde empecé como lavaplatos y rápidamente ascendí gracias a mi dedicación y ganas de aprender.
¿Cómo influyó tu experiencia internacional en tu desarrollo como chef?
Trabajar en Australia y en varios países de Sudamérica me abrió la mente a diferentes técnicas y estilos culinarios. Cada cultura tiene su propio enfoque de la cocina, y esas experiencias enriquecieron mi paladar y mi habilidad para fusionar sabores.
¿Qué significó para ti ser nombrado chef del Presidente Vicente Fox?
Fue un honor y una gran responsabilidad. Cocinar para el presidente me permitió mostrar mi talento en un escenario de alto perfil y me enseñó la importancia de la precisión y la excelencia en cada plato.
¿Cuál es tu enfoque al educar a la próxima generación de chefs?
Me esfuerzo por transmitir no solo las técnicas culinarias, sino también la pasión y el respeto por la cocina. Enseñar en la Universidad del Valle de México y el Instituto Regiomontano de Hotelería ha sido una experiencia gratificante, y siempre animo a mis estudiantes a seguir aprendiendo y explorando.
¿Cómo ha sido tu regreso a México y tu vida en Saltillo, Coahuila?
Volver a México ha sido maravilloso. Estar en Saltillo me permite estar cerca de mi familia y la comunidad culinaria local. Además, estoy muy feliz en mi vida personal, esperando una hija con el amor de mi infancia, lo que añade una dimensión especial a mi vida.
¿Oye, y algún platillo creación tuya que hayas mostrado o servido en algún lugar?
Siempre tengo platillos creación mía, no me gusta copiar. Soy más bien un generador de ideas. Yo siempre he dicho que la creatividad todo el mundo la tiene, pero generar una idea es lo difícil y me gusta hacer esa idea. Me gusta mucho ver que después de un tiempo, ya hay tres o cuatro que están siguiendo esa idea. Eso es algo que me llena de satisfacción. A dónde voy, siempre trato de dejar una marca muy fuerte de mi esencia en ese lugar.
¿Podrías darnos algún ejemplo de tus creaciones?
Claro, centrándonos en Kapú, por ejemplo, aquí tenemos el taco de perejil frito, que es una delicia. También están los aguacates asados, que es otra maravilla del lugar. Tomo algo tan sencillo como el perejil y lo llevo a un nivel mucho más alto. Cuando la gente lo prueba, dicen: “¡Guau, chef, esto es espectacular!” Otro ejemplo es el aguacate, que selecciono cuidadosamente. Lo aso para que sus grasas naturales se mezclen con el tostado y le agregamos un aderezo de piquín y queso cotija. Todo esto se sirve en una tortilla de harina, y tienes un “oro verde tatemado” en tus manos. Es una experiencia gastronómica increíble.
¿Tienes algún otro platillo único que nos puedas contar?
Sí, tenemos una ensalada de sandía asada sobre una cama de jocoque con nopales de la región árida de Coahuila, una reducción de balsámico y nueces. La combinación de sabores es sorprendente. Además, en Kapú puedes encontrar platillos únicos como las criadillas, que es un platillo muy especial para mí. Tratamos de cocinar aquí con el corazón, y eso se refleja en la calidad de nuestra comida.
¿Qué más nos puedes contar sobre la línea de comida que manejas en Kapú?
Kapú es un restaurante muy versátil, pero siempre nos enfocamos en todo lo que es Coahuila y en los gustos que nos caracterizan a los coahuilenses. Trabajamos con productores de Coahuila, nuestra carne es de aquí, y también nuestros vinos. Mis recetas son un compendio de viajes, aromas y sabores dentro de la región. Tengo platillos que representan las encinas de Palo Blanco, la Laguna de Mairán, las ladrilleras de Matamoros, y las Nogaleras de San Pedro de las Colonias. También incluimos elementos de los pueblitos de las zonas desérticas entre Cuatro Ciénegas y San Pedro.
¿Y qué puedes decir sobre la presencia de pescados en tu menú?
Aunque no tenemos mar, contamos con la presa de La Amistad, que nos proporciona excelentes pescados como lobinas y mojarras. Trato de no incluir mucho huachinango porque no es de Coahuila. Prefiero enfocarme en lo que realmente representa nuestra región, haciendo que nuestros platos sean auténticos y únicos.
¿Qué mensaje te gustaría dar a quienes buscan una carrera en la cocina?
La clave del éxito es la pasión y la dedicación. En este campo, no basta con seguir tendencias; es necesario amar lo que haces y esforzarte constantemente por mejorar. La autenticidad y el esfuerzo genuino siempre serán reconocidos.
La historia del Chef Onofre es un recordatorio poderoso de que el verdadero éxito en cualquier campo proviene de la pasión, el esfuerzo y el amor por lo que se hace. En un mundo donde la notoriedad a menudo se mide en seguidores de redes sociales, Onofre nos muestra que el auténtico reconocimiento se gana a través de años de dedicación y excelencia constante.
Hoy, el Chef Onofre sigue compartiendo su pasión en Saltillo, Coahuila, donde se ha convertido en un pilar de la comunidad gastronómica. Su vida personal también florece con el reencuentro de su amor de infancia y la espera de su hija, añadiendo una dimensión aún más rica a su ya impresionante biografía.
Al reflexionar sobre su trayectoria, vemos que el Chef Onofre no solo ha cocinado platos exquisitos; ha construido una carrera basada en principios sólidos y una pasión inquebrantable por la cocina. Su historia es una inspiración para todos aquellos que buscan alcanzar la excelencia en cualquier campo, recordándonos que con dedicación y amor por lo que hacemos, los límites se desvanecen y las oportunidades se multiplican.
En un mundo que a menudo valora lo superficial, la historia del Chef Onofre nos invita a valorar la autenticidad y el esfuerzo genuino, demostrando que la verdadera maestría y éxito nacen del corazón.