Jordi Bosch, el español más saltillense

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Para que la gente te conozca más a fondo, platícanos, ¿quién es Jordi Bosch?

Me gusta decir que soy una persona muy normal, soy muy accesible, me gusta actuar siguiendo el corazón muchas veces y me ha llevado por lugares muy recónditos por el mundo, que más adelante contaré, y hoy estoy en Saltillo muy contento con dos hijos saltillenses.

Eres originario de Barcelona, pero, ¿cómo llegas a Saltillo?

Sí, yo nací en Barcelona, hace ya 48 años. Ya no somos de la primera rodada, yo arranco en Aguas de Barcelona en el año 2001 y por ahí trabajo en el tema del agua, lógicamente, ciclo integral del agua, y me proponen ir a África, en 2008, me voy a África a un país que se llama Argelia, enorme, más grande en superficie que México y más pequeño en habitantes.

Es un país medio deshabitado con muchos problemas de agua y es un reto ir ahí, muy contento, está por el desierto del Sahara, en esa zona, y desarrollamos un proyecto muy interesante con agua desalada, de mar. Está tocando justo al Mar Mediterráneo y desalabamos el agua del mar y la metíamos a la red de distribución a una ciudad de 2 millones de habitantes, entonces todo el mundo tenía agua, el agua desalada es muy cara por la energía y de ahí aprendí la obsesión por reparar fugas. Por tanto, este ADN obsesivo por reparar fugas y ahorro de agua, allá era por el precio porque era muy caro desalar, pero, era infinita el agua porque era agua de mar y aquí en Saltillo es porque no hay, no hay agua y por tanto la búsqueda de fugas, la mejora de rendimiento técnico, lo tengo muy metido, así que, algo que sabe mi equipo, soy muy pesado en la parte esta, de eficientar la red y que no haya escapes de agua, ya sea con fugas, con fraudes o con gente que no paga el agua. Este ha sido un poco del resumen de mi vida: Barcelona (2001-2008) – Argelia (2008-2015) – Saltillo (2015 – actualidad).

En 2015, aterrizo en Saltillo con esposa, bueno, comprometida más bien, porque ella era argelina, ahí la conocí en el proyecto anterior y estaba muy interesada ella, Leila, a ella le va muy bien con sus temas de maquillaje, muy bien integrada, yo también y aquí tenemos dos hijos, que nacieron saltillenses, una niña y un niño, saltillenses, mexicanos. Estamos muy agradecidos con la ciudad, con México con esta empatía que tenéis los mexicanos y muy contentos.

¿Cómo ha sido tu experiencia desde que llegaste a nuestra ciudad?

Solo tengo buenas palabras, mi experiencia profesional buenísima, pero en lo personal también, muy apapachados, muy integrados. Siempre he comentado que aquí el problema es decir que “no” a una carne asada, un convivio, porque tienes ofertas que se solapan, por ejemplo, un viernes en la tarde noche tú puedes tener 4 invitaciones, entonces juegas, no le dices que “no” a nadie y estás media hora en una, te vas una hora a la otra, y estás son experiencias que yo nunca viví en ningún país, he estado viviendo también en Inglaterra, España, Argelia y ahora México y yo no había tenido estos “Happy problems”, de tener 4 invitaciones en un mismo tiempo, ¡caray!, ¿Cómo le hago? Esto es más difícil que reparar fugas, (ríe).

Vamos a regresarnos un poco, ¿cómo fue la infancia de Jordi Bosch?

Una infancia normal, muy normal, nada especial, una familia de clase media, en Cataluña, España. Cataluña tiene un lecho diferencial hacia España, yo hablo catalán, de hecho, yo nunca había hablado español hasta que llegué a México, porque en Cataluña yo hablaba catalán, y luego en Argelia, francés, con mi esposa hablo francés, el árabe fue un poco complicado, pero, es la primera lengua en Argelia y mi esposa lo habla bien, yo sigo hablando francés con mi esposa, con mis hijos hablo catalán, y aquí aprendí el español, por eso no tengo el acento castellano. 

Soy ingeniero industrial, estudié en la Universidad Politécnica de Cataluña y talvez la ingería industrial no tiene mucho que ver con el agua y por eso hice una maestría en el ciclo integral del agua, luego entro en AGBAR (Aguas de Barcelona), y ahí aprendo mucho, desde 2001 a 2008.

Siempre me ha gustado romper con el Comfort y con la monotonía y levanté la mano cuando buscaban gente para ir a Argelia, que es un país muy diferente, musulmán, y fue en la época de la Guerra de Irak, y lógicamente tenía que ir escoltado. Levanté la mano para ir a Argelia y aprendí muchisísimo en este país. El agua desalada nos costaba mucho porque tiene que pasar por unas membranas que tienes que apretar y esto hace que en energía te resulte muy caro, finalmente. Son unas bombas que aprietan las membranas, que son muy finas, y el agua salada se queda de un lado y lo único que pasa es el agua dulce. Ahí aprendí el tema de la eficiencia, de la gestión. 

Un proyecto en donde hice piel más gruesa, en donde iba escoltado, en donde había un tema de terrorismo fuerte en el mundo, habiendo tristemente esta problemática con las religiones, yo me tenía que cuidar mucho. Pero, ahí conocí a mi esposa, así que también hubo momentos agradables. 

Y esta situación, ¿no te hizo de dudar de tu decisión?

No, yo levanté la mano, fui voluntario para ir a Argelia, fui y estuve ahí 8 años.

Por lo que nos platicas, podemos notar que no tienes miedo a los cambios, a las cosas nuevas, a las experiencias, nuevos proyectos, pero, ¿cómo fue el dejar a tu familia? 

Sí, dejé a mis padres, un hermano, primos, etcétera. Muy diferentes los países España y Argelia, pero, tan próximos, en avión es solamente una hora, está más cerca que Monterrey de Ciudad de México, esto parece difícil de comprender, subía en Barcelona y bajaba en un país que no tenía nada que ver con España. Diferencias que tienen que ver con cuestiones políticas y religiosas, pero, a pesar de eso estas diferencias me gustaban a mí y me siguen gustando. 

Por ejemplo, mi esposa tiene cosas muy diferentes a nosotros, como el Ramadán, que es un ayuno en un mes, yo lo he practicado uno o dos días, es algo muy duro, es una ofrenda a Dios, y está bonito, son tradiciones chulas. Aquí en AGSAL, tuvimos el concurso de los altares de muertos, una tradición muy bonita, mexicana, y felicidades, me encantan estas diferencias entre países, que se tienen que mantener y proteger. 

¿Cómo surge tu inquietud del querer experimentar todas estas vivencias que ya tuviste?

Qué buena pregunta, yo creo que la adrenalina, la adrenalina es algo bonito cuando la tienes, y el poder desenvolverte, por ejemplo, en Argelia aprendí un idioma, aprendí el francés, yo no tenía ni idea, soy un poco duro para aprender idiomas, me cuesta, pero, en Argelia aprendí francés, en Inglaterra aprendí inglés. Aprendes cosas y soy muy curioso por las cosas nuevas, me apasiona, y si aprendes cosas, te completas como persona viviendo en otros países, siento que hoy soy otro Jordi von respecto al 2008, cuando fui a Argelia y respecto con 2015 también, cuando llegué a México. México me ha mejorado a mí, me ha aportado cosas muy bonitas como la empatía, la escucha, Europa es un poco más frío en ese sentido, entonces te vas quedando lo mejor de cada país, en donde vas, eso es lo que me motiva a mí.

¿Te gustaría regresar a tu país?

No tengo en mis planes regresar, estamos muy bien en México. Lo que pasa es que hay un tema de política en la empresa, en donde hay rotación de directivos, y que comparto, por supuesto, y seguramente un día me van a ofrecer otro país, seguramente va a llegar ese día. Son políticas, y a veces las políticas finalmente aúnan en que te van trasladando de países, que también a mí me gusta, pues vamos a ver, pero, estoy muy bien en México. 

Hace unos momentos mencionabas de las tradiciones mexicanas, como el altar de muertos, pero, ¿cuál es aquella que dijiste: “de esta tradición me enamoré”?

Me gusta mucho el grito de independencia, el mes de septiembre clavo la bandera de México en mi casa y me gusta mucho. Todas las tradiciones mexicanas me encantan, es un país de luz, es un país de alegría México, aún y cuando hay problemas, pero, pesa más lo bonito y todas las tradiciones mexicanas intento seguirlas y cumplirlas. 

Jordi cuéntanos, ¿cómo te fue con la comida mexicana cuando llegaste?

Muy bien, la parte del picante porque en los años que viví en Argelia también probé muchas salsas picantes, entonces ya llegué curtido, entonces llego a México y aprendí que cuando me dicen que está poco picantes es que es mucho y cuando dicen que es mucho, ni lo pruebes. Ya aprendí, pero, le vamos poniendo picante, la verdad es que me gusta mucho, luego las comidas, en el norte pues la carne. He estado en Argentina varias veces y ellos dicen que su carne es la más rica del mundo y obviamente la publicitan más, pero, en el norte de México tenemos una carne espectacular, el cabrito, la res. En el centro, el mole de Puebla, etcétera. Muy bien, la verdad me encanta la comida mexicana, es una comida de prestigio. 

Y, ¿qué tal el tequila? 

¡Uy! Ya me pasé al mezcal, el tequila me encanta, pero, ya me pasé al mezcal, o sea el mezcal me gusta más. 

Ya estamos a nada de terminar este año 2023, ¿qué es lo que viene en los siguientes meses? ¿Qué sigue en el 2024?

Estamos con un proyecto, con un plan extraordinario anti sequía que tiene varias etapas que se han cumplido, administrativas, la última el Cabildo, pasó por Cabildo hace unos días, se aprobó, cosa que desde aquí agradezco y ahora le falta una sola etapa para que sea una realidad, que es el Congreso del Estado. Se tiene que aprobar y si se aprueba se van a desplegar estas obras que son urgentes, sobretodo una de ellas y es lanzar una licitación para renovar o suplir un acueducto que está en muy mal estado, que nos va a aportar más agua a la ciudad, una tubería que venía del sur. El reto es sustituir esa tubería en mal estado con una licitación urgente para que el tubo esté instalado antes del verano próximo. 

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