Por Rubén Duarte García
*-* Quién es Guillermo Barquet
Guillermo Barquet, nacido en Monterrey, criado en Saltillo, de papás foráneos, estudio en la capital Coahuilense, la primaria, secundaria y preparatoria y se fue a estudiar la carrera de dentista a la ciudad de Monterrey, donde trabajó en diferentes áreas. Estuvo 12 años en Monterrey. Señala que, al estudiar la carrera de dentista, no puedes hacer trabajo de dentista y si quieres sobrevivir en la ciudad, entonces trabajas de todo tipo de trabajos, en bares, restaurantes, manejo de personal.
Regreso a Saltillo en el año 2005, debido a un problema familiar, y desafortunadamente desarrolló una enfermedad fuerte, por esa enfermedad tuvo que entrar a cirugía, donde fue operado de un tumor en una cuerda vocal. Esas operaciones le llevaron a cambiar la idea de la medicina, ya que el doctor que lo operó le dijo que buscara medicina alternativa porque su problema es común en un hombre de 75 años, no de 25, entonces de ahí empezó ese cambió de ser médico a trabajar como terapeuta.
¿Cómo fue tu infancia?
Vivimos como familia cosas muy difíciles cuando llegamos a Saltillo, que estábamos muy chiquitos. Mi papá es arquitecto, mi mamá QFB (Químico Farmacobiólogo) pero se dedicó a las Bienes Raíces por mucho tiempo, y como todos los niños de nuestra época, pues vivimos épocas boyantes y épocas carentes, pero, el amor siempre estuvo, el amor hacia la vida, el amor hacia el día a día y el amor hacia la familia, así que vivimos bien, vivimos con lo que había y vivimos a gusto con eso.
¿Cuántos hermanos son?
Soy el mayor de tres. Soy dentista, soy el mayor, mi hermano que sigue es físico – culturista, fue luchador de la AAA, fue boxeador, hizo muchas cosas a nivel físico y mi hermano el menor es artista. Mi hermano el menor es músico y vive en New York y él es feliz con su vida, hace lo que quiere y eso es envidiable.
La relación que llevaste tú o que sigues llevando con tu familia, con tus padres, ¿Cómo ha sido?
Hemos evolucionado y un parteaguas en mi familia fue mi hijo. Tengo un hijo de 10 años y ese parteaguas fue que hubo una unión muy diferente, porque nosotros nos crearon independientes completamente, el no necesitar de nada ni de nadie, mi papá desde enseñarnos a cambiar un foco, una llanta, a usar un desarmador o unas pinzas y mi mamá el gusto por el estudio, el gusto por las relaciones personales, entonces mi mamá es muy famosa aquí en Saltillo. Porque ella trabajó con el señor Musa y vendió todo lo que era los pinos, entonces desde que eso era tierra, no había nada en esa área de los Pinos. Mi mamá fue la encargada de vender todas esas cosas, entonces la señora Irene Barquet es muy conocida aquí en Saltillo. Y yo cambié mucho con mi hijo, éramos muy despegados y Antonio ha sido una amalgama muy padre con mis papás.
Y, ¿Cuál crees que haya sido ese “Match” que tuvieron en esa gran unión?
Antonio, mi hijo, es un ángel, realmente es un hombre de 60 años en un cuerpo de 10. Un alma vieja completamente; platicaba la historia de mi mamá, está convencida de que mi hijo es un genio, estábamos 10 personas en una mesa y una de ellas es un Químico Metalúrgico, un hombre muy sabio y mi hijo se enfrascó en una plática con él, y decía mi mamá: “Todos estábamos como si fuera un partido de tenis, viendo a uno y viendo a otro.” Como mi hijo Antonio a su corta edad se pudo poner al tú por tú con un hombre que sabe, que Antonio entendía acrónimos, entendía términos, entonces gracias al amor que su mamá le tiene, porque su mamá está dedicada por completo a Antonio creo que ha crecido exponencialmente, pero, él es perfecto.
Alguna anécdota que tengas muy puntual, muy fuerte que hayas tenido con tu familia, algún recuerdo, algo muy emotivo.
Mis papás trataban de hacer lo que podían con lo que había, las ideas de antes de que se casaban, solo tenían una mesa de Coca-Cola y dos sillas y que así todos los matrimonios se casaban. En casa mi papá nos hacía hot cakes deformes y le pedías una forma y él lo hacía con sus habilidades y capacidades arquitectónicas, él te diseñaba algo y luego hace muchos años mi mamá nos confesó que era todo lo que teníamos para comer, entonces, ellos trataban de hacerlo divertido para que los hot cakes en la mañana y en la noche no fuera algo tan pesado de digerir, entonces, son cosas que te cambian mucho la perspectiva de lo que pudo haber sido esa niñez, porque nadie nos enseña a ser papás y haces lo que puedes con lo que hay y al momento de ponerle amor a las cosas es lo que vale.
Entonces, tú vida no fue de que hayas nacido en pañales de seda.
Jamás. Mi papá tuvo esa visión de vida porque mi abuela era una persona con muchas capacidades y creó algo muy fuerte, pero, se perdió con el tiempo, entonces realmente mis papás empezaron de menos dos y los admiro muchísimo.
Ahora, vamos a platicar un poquito de tu vida.
Me caso en el 2010 con una mujer completamente opuesta a mí y que hoy por hoy, lo digo en voz alta, ella me daba balance. A veces, he creído que nosotros no nos casamos con el amor de nuestra vida porque ese amor de tu vida viene a cambiar muchas cosas, venimos realmente a buscar una persona que nos dé balance y estoy eternamente agradecido y gracias a esta relación tenemos un hijo. No hay mejor vida, no hay mejor cosa que hacer más que honrar el cómo los golpes de la vida te van llevando por lo que realmente necesitas al final y que cuestionamos mucho al principio, ¿por qué mi vida era así? o ¿por qué el matrimonio que tengo no es así?, Y después te das cuenta que es todo lo que necesitas, las creencias de lo que nosotros necesitamos viene de ideologías del pasado, pero, no las vivencias realmente, tus vivencias te van creando una nueva perspectiva de vida.
Y somos tres. Rebeca mi esposa, Toño mi hijo y yo. Vivimos una vida maravillosa por que la hacemos maravillosa. Llegamos a una conclusión hace unos años de que podemos realmente despertar con una sonrisa y dormir con una sonrisa, entonces, vamos a tener altibajos, va a tener necesidades, va a tener urgencias, el chiste es que no puedes quitar el ojo del balón al final del día, que es dormirnos con una sonrisa, entonces imagínate lo que vas a crear al día siguiente y constantemente así es, el amor se factura por días, el amor no es acumulativo, entonces, no importa lo que hayas hecho antes y por qué lo estás haciendo ahorita.
¿Cómo conociste a tu esposa?
Nos conocimos en una estética, ella era muy amiga del estilista, yo llegué a cortarme el pelo y me dijo “yo no le corto el pelo a hombres” y me dio mucha risa y le dije “a mí me cortas porque me lo cortas, a mí me vale m@d%€s si le cortas el cabello a hombre o no”, y pues entre molestó e incómodo. Hizo su trabajo y nos hicimos amigos y entonces Rebeca y él eran amigos y nos presentó y fue un “Click” muy padre. En un gran momento de nuestra vida por parte de nosotros y es cuando te das cuenta que es una persona que no tiene nada que ver con tu medio, con tus ideas, pero realmente lo necesitabas en tu vida. Y entonces esos pequeños ajustes que poco a poco se fueron dando en los primeros años de matrimonio y luego convertirnos en papás fue maravilloso. Estoy bendito en ese aspecto.
Eres dentista, pero no ejerces, ¿A qué te dedicas?
Desde muy chico quería ser piloto aviador. A la fecha me mareo en los aviones, entonces, esa no era una opción, después quise estudiar medicina y esa fue mi idea justa, la medicina. En el momento en que yo voy a cambiar de prepa a carrera donde ya estaba dado de alta en medicina, fallece un hermano de mi mamá que era dentista y entonces decido seguir sus pasos y me cabio de carrera en un arrebato emocional, a una carrera muy bonita porque realmente la odontología es una rama de la medicina, antes era una especialidad de la medicina pero es tan grande y tan dramático que se tuvo que hacer una escuela a parte para poder estudiar tanto de lo que significa la estructura dental y todo lo que es el sistema digestivo. Porque realmente un dentista es un estomatólogo, estudia todo lo que es el sistema digestivo, pero pues la base de la digestión está en los dientes, entonces termino mi carrera de dentista, quería ser pediatra y no lo logré porque el estudiar me impedía trabajar, entonces yo tenía que trabajar para ayudar a mis papás para mantenerme porque todavía nos ayudaban. Mis papás hicieron un esfuerzo por mandarnos a Monterrey a estudiar a mi hermano del medio y a mí, entonces teníamos que trabajar y no lo logré, no pude ser pediatra, pero, después de la operación por haberme enfermado, empiezo con medicina alternativa, me captó mucho la forma en como energéticamente puedes cambiar, entonces echas por tierra la clínica que significa usar un medicamento para controlar los síntomas y aquí más bien es buscar las causas de los síntomas y por medio de diferentes sistemas doy terapia, entonces me he convertido en terapeuta. La diferencia del psicólogo y del terapeuta, es que el psicólogo viene del estudio y el terapeuta viene de los golpes de la vida.
¿Qué tipos de terapias realizas en tu consultorio?
Utilizo sistemas de fototerapia radiofrecuencia y equipos de electromagnetismo, con ellos puedes utilizarlos en cualquier parte del cuerpo, ojos, garganta, músculos, oídos etc… con todo esto realizamos un balance al cuerpo, ayudando al paciente a tener una recuperación física mental e inclusive emocional.
¿Qué pasa con la gente, se ve muy acelerada hoy en día?
Tenemos que ver que edades pasa esto. Los jóvenes viven de una manera muy atrabancada, el problema tiene que ver mucho de redes sociales, tenemos más acceso, la pandemia nos cambió muchísimo la vida.
¿Qué mensaje le das a la gente que está leyendo este artículo?
El día de hoy es lo único que tienes real y palpable, el pasado ya paso y el futuro a pesar de que está agendado no es certero. Si tú vives como si fuera el ultimo día de tu vida, amando a la gente como si fuera la última vez que los vieras, y amando tu vida como si fueras a terminar en la noche, amarías de una forma espectacular. Vivir el día a día, las personas nos quedamos con el último momento que vivimos, con la persona que trasciende, si no regreso a casa hoy, que les deje a mi hijo y esposa como último momento, solo puedo dejarte paz, y no molestia.
