El papa León XIV ha despertado esperanza en Ucrania por su postura clara frente a la invasión rusa. Desde sus primeras declaraciones, el nuevo pontífice ha señalado a Moscú como agresor y ha defendido una paz justa, sin equiparar a víctimas y perpetradores.
Líderes políticos, religiosos y ciudadanos ucranianos han valorado el enfoque moral de León XIV, contrastándolo con la neutralidad que adoptó su antecesor, el papa Francisco. La retórica del nuevo Papa, que calificó la guerra de “imperialista”, genera expectativas de un respaldo más firme del Vaticano hacia Kiev.
León XIV ya mantuvo contacto con el presidente Volodímir Zelenski y ofreció al Vaticano como sede para futuras conversaciones de paz. Además, Ucrania ha entregado al Papa listas de niños secuestrados, periodistas detenidos y prisioneros de guerra, con la esperanza de que su influencia facilite su liberación.
Desde el Parlamento ucraniano se ve con optimismo el liderazgo del pontífice como una herramienta clave para movilizar el apoyo internacional, en especial en América Latina y entre los católicos influyentes en Estados Unidos.