El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la aplicación de un arancel del 25% a los automóviles importados, con el objetivo de fortalecer la producción local y evitar la fuga de inversiones a otros países.
«Si un auto se fabrica en Estados Unidos, no pagará aranceles. Si es importado, tendrá que pagar el 25%,» declaró Trump desde el Despacho Oval, asegurando que la medida busca recuperar empleos y atraer inversiones al país.
El mandatario destacó que, en los últimos años, muchas fábricas automotrices habían trasladado su producción a México, Canadá y otras regiones, pero que su administración ha logrado frenar esa tendencia. «Ahora están regresando a nuestro país, a lugares como Indiana. Me encanta Indiana», afirmó.
Este anuncio se enmarca en una estrategia más amplia de Trump para equilibrar la balanza comercial y frenar lo que considera prácticas desleales de otras naciones. Además del arancel automotriz, mencionó avances en la industria de semiconductores, como la construcción de una nueva planta en Arizona, y la flexibilización de regulaciones energéticas para facilitar la instalación de nuevas fábricas en territorio estadounidense.
El impacto de esta decisión podría generar tensiones con socios comerciales clave, mientras el sector automotriz evalúa los efectos en los costos de producción y los precios para los consumidores.
