El panorama de la guerra en Gaza ha tomado un giro diplomático significativo luego de que el presidente Donald Trump anunciara que Israel ha aceptado una «línea de retirada inicial» de sus tropas en la Franja. Este movimiento forma parte de un plan de paz de 20 puntos propuesto por la Casa Blanca, al cual el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ya ha dado su visto bueno.
El anuncio de Trump, calificado por él mismo como el posible fin de una «catástrofe de 3.000 años», busca cimentar un alto el fuego inmediato y abrir paso a un proceso complejo de intercambio de prisioneros y reconstrucción de Gaza.
El acuerdo de paz impulsado por Washington, y respaldado por Netanyahu, establece condiciones rigurosas para el fin de las hostilidades:
- Intercambio Inmediato: El plan exige que en un plazo de 72 horas tras la aceptación pública de Israel, todos los rehenes en manos de Hamás (vivos y fallecidos) sean devueltos. A cambio, Israel liberaría a 250 presos condenados a cadena perpetua y más de 1.700 gazatíes detenidos después del 7 de octubre de 2023.
- Retirada Gradual de Israel: El compromiso israelí de aceptar una «línea de retirada inicial» supone la suspensión de todas las operaciones militares y la congelación de las líneas de batalla como primer paso hacia una retirada completa por etapas.
- Gobernanza y Desarme: El plan contempla que Gaza sea gobernada por un comité palestino tecnócrata y apolítico bajo la supervisión de una nueva «Junta de la Paz» internacional, que sería presidida por el propio Donald Trump. Además, un punto central del plan es el desarme de Hamás, ofreciendo amnistía o exilio seguro a sus miembros que se comprometan a la coexistencia pacífica.
El grupo islamista Hamás ha manifestado su disposición a liberar a los rehenes de acuerdo con la «fórmula de intercambio» de la propuesta. No obstante, su respuesta ha sido cautelosa, indicando que necesita «discutir los detalles» del plan, lo que elude una aceptación total de los 20 puntos, especialmente el desarme y la renuncia a su influencia política en Gaza.
Trump ha ejercido una fuerte presión pública para que Hamás acepte sin demora, advirtiendo que «no tolerará demoras» y que la no aceptación del acuerdo desataría un «infierno como nunca antes se ha visto» contra el grupo.
Tanto la delegación israelí como representantes de Hamás han comenzado a coordinar el envío de equipos a El Cairo, Egipto, para iniciar conversaciones y definir los detalles técnicos del plan. El objetivo principal e inmediato es concretar las condiciones para el intercambio de rehenes y prisioneros en la Franja de Gaza.
A pesar del optimismo del presidente estadounidense, la naturaleza condicional de la respuesta de Hamás y la complejidad de temas como el desarme y la futura gobernanza de Gaza sugieren que el camino hacia una paz duradera aún enfrenta importantes obstáculos.





