Las refinerías en la costa del Golfo de Estados Unidos han comenzado a rechazar envíos de crudo mexicano debido a su alto contenido de agua, optando en su lugar por importar petróleo de Colombia y Canadá.
De acuerdo con fuentes cercanas a la industria, refinerías en Texas y Luisiana han solicitado descuentos y expresado su preocupación por la baja calidad del crudo suministrado por Petróleos Mexicanos (Pemex). La presencia excesiva de agua en el petróleo ha alterado los flujos de suministro que han abastecido a los procesadores estadounidenses durante décadas.
El crudo Maya, principal exportación de Pemex, se estaría entregando con hasta un 6% de contenido de agua, seis veces más que el estándar de la industria. Esto significa que, en un cargamento de 500 mil barriles, alrededor de 30 mil serían solo agua, lo que representa una pérdida económica significativa para las refinerías.
Además, la baja calidad del crudo ha generado complicaciones en las propias instalaciones de Pemex en México. La refinería de Dos Bocas, la más grande del país, se mantiene fuera de operación desde mediados de diciembre debido a problemas en la materia prima, que en su estado actual podría dañar los equipos.
Ante la crisis, la presidenta Claudia Sheinbaum atribuyó los problemas a las condiciones climáticas y aseguró que Pemex trabaja en soluciones con productos químicos para mejorar la calidad del crudo. Entretanto, las refinerías estadounidenses continúan buscando alternativas de suministro, impulsando la demanda de petróleo canadiense y colombiano.