Apenas dos días después de la entrada en vigor del alto al fuego entre Israel y el grupo chií Hezbolá, el Ejército libanés denunció que el pacto ha sido violado en múltiples ocasiones. Según un comunicado oficial, Israel realizó incursiones aéreas y ataques armados en el sur del Líbano, una región que aún no logra estabilizarse tras más de un año de hostilidades que dejaron un saldo devastador de 3,961 muertos y más de 16,500 heridos en territorio libanés.
Los incidentes fronterizos no se han detenido desde el inicio de la tregua el pasado miércoles. Mientras miles de desplazados intentan regresar a sus hogares en el sur del Líbano, las Fuerzas Armadas israelíes han impuesto restricciones de movimiento de hasta 14 horas al norte del río Litani, complicando aún más la situación humanitaria en la región.
Violaciones a la tregua y tensiones en aumento
En su comunicado, el Ejército libanés afirmó que las violaciones ocurrieron los días 27 y 28 de noviembre mediante “incursiones aéreas y ataques con diversas armas contra el territorio libanés”. Agregaron que están trabajando en coordinación con las autoridades pertinentes para dar seguimiento a estos incidentes, aunque no se proporcionaron detalles adicionales sobre las acciones tomadas.
Por su parte, el Ejército israelí reportó haber detenido a cuatro supuestos combatientes de Hezbolá que ingresaron en una zona restringida del sur del Líbano. Además, Israel afirmó haber bombardeado lanzadores de cohetes de medio alcance pertenecientes al grupo chií, aunque no se especificaron las ubicaciones exactas.
El jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, aseguró que cualquier desviación del acuerdo será respondida con fuerza, y señaló que Hezbolá aceptó la tregua “desde una posición de necesidad y debilidad”. Advirtió también que Israel utilizará su poder militar para garantizar el cumplimiento del acuerdo.
Heridos, restricciones y un vacío político
El primer día de la tregua estuvo marcado por el incidente en el que dos periodistas internacionales resultaron heridos de bala por soldados israelíes en la localidad de Jiam, al sur del Líbano. Este hecho ha generado críticas de organismos internacionales que piden garantizar la seguridad de la prensa en zonas de conflicto.
Mientras tanto, la población libanesa en el sur enfrenta restricciones severas que complican su movilidad. La incertidumbre se agrava con las denuncias de violaciones al pacto de alto al fuego, lo que deja en vilo la posibilidad de una paz duradera en la región.
En medio de este panorama, el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, anunció una sesión para el 9 de enero con el objetivo de elegir a un nuevo presidente del Líbano, tras dos años de vacío en la jefatura del Estado. Esta ausencia de liderazgo ha sido motivo de críticas internacionales, ya que dificulta abordar temas clave como la paz, la reconstrucción y la recepción de ayuda financiera para un país profundamente afectado por el conflicto.
Incertidumbre en el horizonte
Aunque la tregua generó esperanzas de un cese definitivo de las hostilidades, las violaciones al acuerdo y las tensiones persistentes ponen en duda la posibilidad de estabilidad en la región. Tanto Israel como Hezbolá han mantenido posiciones firmes, y la comunidad internacional observa con preocupación el cumplimiento del alto al fuego.
El futuro del Líbano no solo depende del éxito de esta tregua, sino también de la capacidad de sus instituciones para superar el estancamiento político y avanzar hacia una gobernanza que priorice la paz y el bienestar de su población.