El Gobierno de Estados Unidos reafirmó que las redadas laborales contra migrantes continuarán, aunque con un enfoque “prioritario” en personas con antecedentes criminales. Así lo aseguró Tom Homan, zar de la frontera, al recalcar que la prioridad serán migrantes relacionados con delitos como trata, fraude fiscal, trabajo forzoso o evasión de impuestos.
Las operaciones se mantendrán en sectores como agricultura, hotelería y construcción, pese a las preocupaciones por el impacto económico en estos rubros. El presidente Donald Trump insistió en su política de “tolerancia cero”, aunque reconoció que afecta a ciertos sectores clave del empleo.
Homan también advirtió que el Gobierno concentrará recursos en las llamadas “ciudades santuario”, donde las autoridades locales limitan la cooperación con agencias federales de inmigración. Según dijo, en esos lugares “se libera a personas que representan un riesgo para la seguridad pública”.
El mensaje del gobierno estadounidense es claro: seguirán las redadas, pero con prioridad en los migrantes con historial delictivo, mientras aumentan las tensiones entre autoridades federales y gobiernos locales.