El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos reconoció haber deportado por error a Kilmer Abrego-García, un salvadoreño que fue enviado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) en su país natal.
Los abogados de Abrego-García aseguran que no tiene vínculos con la pandilla MS-13 y exigen su retorno a EE.UU., pero el gobierno argumenta que, al no estar bajo custodia estadounidense, no puede ordenar su regreso.
ICE admitió ante un juez que la deportación fue un «error administrativo», aunque sostiene que actuó «de buena fe». El caso se enmarca en una controvertida aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada para deportaciones sumarias bajo la administración de Donald Trump.