Aunque varias naciones europeas han sido elogiadas por destacadas organizaciones trans por su compromiso con la mejora de los derechos de este colectivo, a otras -como Eslovaquia y el Reino Unido- se les ha dicho que aún les queda mucho camino por recorrer.
Los derechos de las personas transgénero son siempre un tema candente de debate, que divide a amigos y arruina el legado de ricos y famosos.
Esta semana, el Tribunal Supremo de Japón ha declarado inconstitucional una ley que obligaba a los transexuales a extirparse los órganos reproductores para cambiar oficialmente de sexo.
La decisión, adoptada por la instancia, compuesta por 15 jueces, fue la primera que se adoptaba sobre la constitucionalidad de la ley japonesa de 2003 que exigía la extirpación de los órganos reproductores para un cambio de género reconocido por el Estado, una práctica criticada desde hace tiempo por grupos internacionales de derechos humanos y médicos.
España también ha hecho grandes cambios, con su ley de gran alcance que abarca el empleo, la protección de los migrantes trans y la discriminación basada en la expresión de género.
Esa ley significa que la nación del sur de Europa ha adoptado el reconocimiento legal del género basado en la autodeterminación.
Aunque se ha criticado que las personas no binarias hayan quedado excluidas del cambio en el reconocimiento legal de género, con España ya son 11 los países europeos que cuentan con una forma de «autoidentificación» o, en términos sencillos, un modelo de reconocimiento legal de género basado en la autodeterminación.
Se considera que el Reino Unido va muy a la zaga de los países más progresistas de Europa.