El papa Francisco ha sido objeto de críticas tras el uso de un término homofóbico durante una reunión en el Vaticano. Durante un encuentro privado en la Universidad Salesiana, el pontífice utilizó la palabra “mariconería” frente a 200 sacerdotes romanos, generando consternación y reavivando la controversia.
Este incidente ha cobrado relevancia después de que hace dos semanas se filtrara otra reunión privada en la que el Papa también empleó dicho término con obispos italianos, aunque en esa ocasión se disculpó posteriormente.
En esta ocasión, se informó que el Papa comentó sobre la presencia de “frociaggine” en el Vaticano y sugirió que sería mejor no permitir que los jóvenes con inclinaciones homosexuales ingresen al seminario. Sin embargo, la oficina de prensa del Vaticano aclaró que el Papa se refería a la necesidad de acoger a todas las personas en la Iglesia, aunque reiteró la negativa a admitir a candidatos homosexuales en los seminarios, siguiendo la instrucción del dicasterio del Clero.
Estos comentarios han generado interrogantes sobre la verdadera postura de la Iglesia respecto a la comunidad LGTBIQ+. A pesar de que el Papa ha expresado en ocasiones anteriores su apertura y respeto hacia todas las personas, sus palabras recientes han generado preocupación e indignación en este colectivo.
Es importante recordar que en el pasado, declaraciones similares del Papa también provocaron controversia, como cuando sugirió recurrir a la psiquiatría ante la manifestación de la homosexualidad en la infancia. A pesar de los intentos de disculpa y aclaración, estas declaraciones han causado un impacto negativo en la comunidad LGTBIQ+ y han planteado interrogantes sobre la verdadera actitud de la Iglesia hacia la diversidad sexual.
