Según los científicos del Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea, 2024 está a punto de convertirse en el año más caluroso desde que se tienen registros, superando por primera vez en la historia los 1.5 grados Celsius de aumento en la temperatura global con respecto a los niveles preindustriales (1850-1900). Este hito marca un grave retroceso en los esfuerzos globales por frenar el cambio climático y pone de manifiesto los efectos devastadores del calentamiento global impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los datos obtenidos entre enero y noviembre de este año confirman la tendencia, con condiciones meteorológicas extremas que se han extendido por todo el mundo. Se han registrado sequías severas en Italia y Sudamérica, inundaciones mortales en Nepal, Sudán y Europa, y olas de calor intensas en México, Malí y Arabia Saudita, que han causado miles de muertes. Además, ciclones devastadores han afectado a países como Estados Unidos y Filipinas, exacerbando las consecuencias de un clima más caliente y variable.
Julien Nicolas, investigador climático de Copernicus, advirtió que las temperaturas globales siguen cerca de los niveles récord, y es probable que esta situación persista al menos durante los próximos meses. Este fenómeno subraya la urgencia de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), que provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles. Las emisiones globales de CO2, a pesar de los compromisos de los países para alcanzarlas cero, están en camino de alcanzar un récord histórico este año, lo que pone en peligro los esfuerzos internacionales por mitigar el calentamiento global.
Aunque los expertos observan que el fenómeno de La Niña podría formarse en 2025, lo que implicaría un enfriamiento temporal de las temperaturas oceánicas, se espera que no detenga la tendencia subyacente del calentamiento global. La Niña, que se caracteriza por un enfriamiento de la superficie del océano Pacífico, podría causar una ligera disminución de las temperaturas, pero, según Friederike Otto, profesora del Imperial College de Londres, este fenómeno no será suficiente para revertir los efectos del cambio climático. “Aunque 2025 podría ser ligeramente más frío que 2024, si se produce un fenómeno de La Niña, esto no significa que las temperaturas vayan a ser ‘seguras’ o ‘normales’. Seguiremos enfrentando olas de calor peligrosas, sequías, incendios y ciclones tropicales”, agregó Otto.
Los estudios científicos coinciden en que los desastres naturales cada vez más frecuentes y extremos están vinculados al cambio climático, que ha intensificado fenómenos como huracanes, tormentas e incendios forestales, los cuales han dejado una estela de destrucción en muchas regiones del mundo. El futuro inmediato dependerá de la rapidez con la que la comunidad internacional logre reducir sus emisiones y adoptar políticas que frenen el calentamiento global.
En resumen, 2024 será recordado no solo como el año más caluroso registrado, sino también como un punto de inflexión que debe impulsar a gobiernos, empresas y ciudadanos a tomar medidas urgentes frente a la crisis climática. La lucha contra el cambio climático no es solo una cuestión ambiental, sino también una cuestión de supervivencia para millones de personas en todo el mundo.
