Tras la muerte de Liam Payne, se confirmó que el exintegrante de One Direction no dejó testamento. Según las leyes británicas, su fortuna estimada en 32.2 millones de libras pasará íntegramente a su hijo de ocho años, Bear Grey Payne, fruto de su relación con Cheryl Cole.
Dado que Bear es menor de edad, Cheryl y el abogado musical Richard Mark Bray fueron nombrados administradores del patrimonio hasta que el niño cumpla la mayoría de edad en 2035.
Aunque Liam y Cheryl nunca se casaron, su relación fue cercana. Tras su fallecimiento, ella pidió respeto y privacidad para su hijo, y destacó el cariño que muchos tenían por el cantante.
En vida, Payne expresó su deseo de asegurar el futuro de Bear: “Mi vida ahora es suya, mi dinero es suyo”, declaró en una entrevista. También creó empresas que su hijo podría dirigir en el futuro, asegurando así su legado.