Wendy Guevara, es el fenómeno social que nació de la empatía.

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Las cosas no suceden por lo general de la noche a la mañana. Pero, en ciertas ocasiones se producen a una velocidad impresionante. Así sucede con el fenómeno Wendy Guevara, quien de ser una influencer regiomontana conocida por un cierto público, pasó a ser una rockstar de la vida cotidiana mexicana.

Lo de menos su sexualidad. Sino la empatía que logró conectar con los mexicanos. Sin duda, su realce lo dio en “La Casa de los Famosos”, pero el programa de entretenimiento no la hizo a ella, sino todo lo contrario, ella fue el impulso del propio programa.

Era común ver en las charlas del café entre las mujeres platicar del día a día sobre Wendy. Ver en las discusiones del trabajo a los empleados hablar sobre si ella esto o el otro, y sin duda, en las comidas familiares salía los cuestionamientos sobre quien era ella. Y, claro, en esas reuniones de domino y miercolitos de los hombres.

Sencillamente se convirtió en un fenómeno. Si bien, un sector de la sociedad se sintió reflejada en ella por su sexualidad, su carisma y originalidad, inyecto la empatía, la efervescencia por la persona.

Artísticamente, poco se puede hablar de ella. En una presentación en la ciudad de Saltillo, demostró que sus dotes de cantante no existen. Su talento no es el desarrollar temas estructurales, y, aun así, una simple declaración de “vengo aquí de colada”, en una de las redes sociales de Grupo Comunicación Integral, logró más de millón y medio de reproducciones. Era el personaje que la gente buscaba para la foto, para el saludo grabado al familiar o amigo.

Ha roto los esquemas de la construcción de los famosos en cuanto a mercadotecnia. Antes del reality show nadie daba un peso por ella. Y olvidémonos del premio económico, sino de lo que venía después de.

Nos ha puesto en el centro de la conversación. Se ha desarrollado análisis, discusiones y hasta investigación en torno a su momento, su pasado y presente. Puede gustarle o no, pero es el centro de atención del momento.

Esta convertida en una bomba mediática que le dijo al mundo aquí estoy. Wendy ha logrado lo imaginable, sobre salir en un universo de donde generalmente salen marginados, convertirse en la figura pública de los mexicanos.

Introvertida e irrespetuosa, una de las características que gusta a los mexicanos. Y tal vez ahí comienza la clave de su conexión con el público. No intentaba caerle bien a los demás –sin decir que deseaba ser antagonista- pero entendía la clave de su propia felicidad; la de sentirse bien con ella misma, sin importar los resultados.

Pocos logran eso que llamamos amor propio. No lo logró de la noche a la mañana, pero ustedes vieron un reality con la mejor versión de ella, entendiéndose y aceptándose. Un punto más, para que millones de mexicanos sintieran afecto no hacia el personaje, sino a la persona que tuvo que superar muchas etapas para llegar al resultado de hoy.

Su personaje antes reflejaba discriminación, después empatía. Ahora, renace la esperanza en personas de diferentes sectores vulnerables a creer que si se puede llegar a la cima. La realidad es que pasara tiempo, para que alguien más llegue con esa fuerza.

Vendrán más programas intentando probar con copias buscando probar las mieles del éxito la inclusión de Wendy. Pero no fue el éxito el venir de un sector por el que había sido marginada, sino su tenacidad y entender que ella podía competir bajo el esquema como persona.

Todo lo que tiende a subir, tiende a bajar. Aún le falta tiempo para que su luz poco a poco deje de brillar. No se perderá, sencillamente llegará como ley de la vida cotidiana, otro personaje que rompa el esquema y se incruste en la elocuencia de la sociedad

El ser humano es tan maravillo y difícil de descifrar, que, en ocasiones como esta, decide darle la oportunidad de estrella a una persona que según los cánones de quienes se dedican a los espectáculos, jamás iba a pasar de una simple influencer.

No tiene mayor esperanza a la de que su estrella no se apague rápido. Para ello, ya hecha mano de compañeros del espectáculo que llevan años y con un camino recorrido –misma mano que ella le echa a ellos- para seguir perpetuando en el ánimo del público.

Televisa no la construyó. No nos engañemos. Fue la plataforma que ella supo utilizar para repuntar, para decir aquí estoy, esta soy yo, y puedo ganarme un lugar en un medio tan difícil.

Por más que estudiemos su fenómeno, son circunstancias con personalidades que pocas veces aparecen para ocupar un lugar privilegiado. Ella lo hizo. Repetir su historia en la de otra persona, luce casi imposible.

Se hizo viral, como se dice en el lenguaje de las redes sociales. Se hizo presente, como se dice en los medios. Se hizo figura, en el lenguaje de los políticos. Se hizo Wendy Guevara, en el propio lenguaje de los mexicanos.

Vaya nivel de exposición. Les dijo quítense que ahí les voy. No hay espectáculo o festival que no evalué como tenerla, porque garantiza taquilla. Sí, garantiza ganancias.

Su inicio fue a través de un video que protagonizó con una compañera en 2017, de donde proviene el nombre de “las perdidas”, por el hecho de haberse perdido en un cerro. Por cierto, video que dio la vuelta a un par de países, y con él que logró posicionarse.

Cinco años pasaron y ahora es todo un fenómeno. Vale la pena el dato, por el hecho de cuantos personajes tras años y años de preparación, picando piedra por aquí y por allá, y mucho de ellos no han llegado ni a protagonizar un comercial.

Valentía y autenticidad, forman parte del personaje, que es ella misma. Por qué no actúa, se desarrolla como lo hace en su casa, en el súper, en el trabajo.

No es un producto de la sociedad. Ella es su propio producto. Wendy Guevara logró construir una imagen propia, y no una a través de terceras personas.

Conecta con el mexicano. No solo con el de clase baja, sino con el de clase media, y se habla de ella en el círculo alto. La conocen en los medios de comunicación, la industria del entretenimiento.

Simple. La victoria de Wendy Guevara en el reality show, pero sobre todo en la vida, demuestra su autenticidad y logros que han desafiado estereotipos, promovido la inclusión y generado un impacto positivo en la sociedad. Es un recordatorio de que cada individuo tiene el poder de cambiar mentalidades y construir un futuro más igualitario y respetuoso para todos y sobretodo quienes defienden que México no ha cambiado este tipo de cosas demuestran todos lo contrario.

Wendy Guevara, es el fenómeno social que nació de la empatía.

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