<strong>Tesla, entre la ambición y la viabilidad</strong>

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En medio del clímax por el juicio de Genaro García Luna en la corte federal de Brooklyn, en nuestro país se presentaría un hecho sin referentes en cuanto a la inversión extranjera. Como contexto, a finales del año pasado, el empresario, inversor y magnate sudafricano, Elon Musk visitó el estado de Nuevo León con el fin de reunirse con funcionarios estatales para discutir la construcción de una planta en el municipio de Santa Catarina, que forma parte del área metropolitana de Monterrey. Fue un fin de semana el que le llevó junto con Rohan Patel, director sénior de políticas públicas y desarrollo comercial de Tesla, Eduardo Grandio, gerente de mercado de México; de igual forma con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, así como la esposa del gobernador de Samuel García, Mariana Rodríguez y el subsecretario de Economía para la Inversión del estado, Emmanuel Loo. Todo esto con el fin de ver cómo sí es viable instalar una industria del tamaño de Tesla que diseña, fabrica y vende automóviles eléctricos, componentes para la propulsión de vehículos eléctricos, techos solares, instalaciones solares fotovoltaicas y baterías domésticas.
Antes de la reunión, en junio del año pasado, Musk expuso que estaría buscando el sitio ideal para montar una nueva planta de Tesla y que México era una de las opciones. Como es costumbre, el norte del país apareció en el mapa de tal forma que, ya sea por suerte o por picar piedra, el gobernador Samuel García logró este primer acercamiento a pocos meses de haber superado la crisis hídrica que vivió el estado de Nuevo León. Pareciera que aprovechando el “timing” mediático del Secretario de Seguridad calderonista en los Estados Unidos, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó desde la mañanera, su principal tribuna mediática y de propaganda que “…celebramos que se esté decidiendo a México como lugar para que lleguen estas inversiones de la industria automotriz (Tesla), lo único que queremos hablar con los directivos de esta empresa es que queremos ordenar también el crecimiento. Hay lugares en el país en donde no se tiene agua suficiente y tenemos que cuidarla para el consumo doméstico”. Esta tensión política generada desde el ejecutivo nacional pudiera ser pretexto para declinar la intención, según algunos expertos.
Justo después de esto, ni tardos ni perezosos, algunos gobiernos estatales empezaron a mostrar intenciones de abrir sus puertas para dicha inversión, presumiendo precisamente de lo que adoleció Nuevo León en materia de agua. Pareciera que la oportunidad de levantarse el cuello con una empresa de tal envergadura le acaba de llegar tratando de sabotear todos los trabajos realizados anteriormente por el gobierno regio. Justo la semana antepasada, Samuel García anticipó la construcción de una nueva planta de la empresa de Elon Musk en su estado; este lunes, el presidente no le dio hecho asegurando que a Tesla le convendría aún más instalarse cerca del Aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA). Añadiendo que en Nuevo León “no hay agua”, lo que dificultaría el desarrollo y operación al instalarse al norte del país.  “Lo que pasa en el norte, no quiero hablar de algún lugar, lógicamente tiene mayores posibilidades de exportar a Estados Unidos. Creo que sí tiene posibilidades (Nuevo León), la capacidad de la gente de aquí es invaluable. Pero Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, tienen mucha capacidad”, mencionó sin haber tocado base, improvisando. Como todo lo contrario al ejercicio industrial y empresarial se acostumbra.
El presidente poniéndole el pie “respetuosamente” al joven gobernador Samuel García, argumentando la viabilidad industrial para politizar un tema que lleva cierto avance y que sin importarle ha mostrado la intención de arrebatarle “por las buenas” arguyendo a la razón. Lo cierto es que si en realidad existiera la intención de abordar un tema tan complejo y serio como el atraer mayor inversión al sur del país se mostraría principalmente en la agenda de Andrés Manuel. Esto no pudiera hacerse de la noche a la mañana como pretende, esto requiere de un esfuerzo integral que implica infraestructura, capacitación, generación de incentivos, entre muchos otros factores. Solo en 12 entidades del país se encuentran las armadoras de automóviles:  Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Puebla, Morelos y el Estado de México. Ninguna de ellas al sur. Queda claro que en las pasadas administraciones, incluyendo la actual, han fracasado en equilibrar el desarrollo económico, pero mediante dimes y diretes en una mañanera jamás se lograría concretar algo tan serio como esto. 
Para concluir, hace pocas semanas el presidente, con el apoyo del Congreso de la Unión, declaró reserva de la nación 235,000 hectáreas de la sierra de Sonora, donde se encuentra el mayor yacimiento de litio en el país, la materia prima para los coches eléctricos. Marcelo Ebrard reveló que Musk tendría una llamada telefónica con el presidente con el fin de detallar la construcción del gran complejo en México. “El gobernador está haciendo su trabajo muy bien, pero tiene que haber una planeación nacional”. Esta planeación de la que habla no se da de la noche a la mañana, no se da arrebatando proyectos ni sorteando a la suerte un proyecto tan grande como este.
Esperemos que, en un futuro cercano, no terminen por lograr el peor escenario por una jugarreta política-electoral.

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