Editorial
La violencia en México se ha convertido en una constante que parece no tener fin. En el estado vecino de Tamaulipas, la situación es cada vez más alarmante. Nuevamente la violencia ha atacado a la educación, a la economía y al comercio interrumpiendo la rutina de miles de tamaulipecos. Los bloqueos en la ciudad de Matamoros y Reynosa han pausado el proceso y desarrollo cotidiano, provocando un dolor innecesario que no tiene justificación. La seguridad en México sigue siendo un reto para las autoridades que parece no tener solución.
Desafortunadamente, estos incidentes no son un caso aislado. Hablamos de uno de los estados más afectados por la violencia del narcotráfico y la delincuencia organizada en México. Recordemos que hace dos meses fueron encontrados cuatro estadounidenses que habían sido secuestrados, por desgracia dos ya habían perdido la vida. El impacto de la violencia en Tamaulipas es significativo. Las afectaciones son variadas, desde la economía hasta la educación y la salud mental. Además, ha generado un clima de miedo e inseguridad que ha impactado negativamente en la calidad de vida de la ciudadanía.
El reciente informe presentado por la Secretaría de Seguridad Pública del estado revela una causa alarmante: el crecimiento del mercado negro de armas de fuego en la región. Según el estudio, hay una cifra considerable de armas ilegales en manos de delincuentes y bandas criminales en la entidad. Este mercado ilegal de armas ha estado en constante crecimiento en los últimos años. Los datos del informe indican que la mayoría de las armas son contrabandeadas desde Estados Unidos. Por otro lado, en la actual administración morenista no sólo no ha podido contener la violencia sino que por falta de experiencia mezclada con la nula voluntad política ha sido el cóctel perfecto para que el estado se encuentre entre humo, miedo y llamas.
El Gobierno de Tamaulipas ha dado a conocer un comunicado en el que presume la tranquilidad que se vive en el estado, a pesar de los constantes hechos violentos que ocurren en la entidad. La postura gubernamental afirmó que la “sensación de inseguridad” en la sociedad se debe a la “psicosis”, una idea que se ha creado en la mente de los ciudadanos debido a la manipulación de la información por parte del exgobernador García Cabeza de Vaca. La realizada por el Gobierno de Tamaulipas resulta francamente desafortunada, pues la realidad es muy diferente a lo que ellos quieren hacernos creer. La violencia en la entidad no es una cuestión subjetiva o de percepción sino una realidad latente que se refleja en las cifras delictivas y el temor de la población.
Es inaceptable que, ante la situación de violencia y debilitamiento social que existe en Tamaulipas, el gobierno de la entidad se limite a minimizar el problema, acusando a una supuesta manipulación del exgobernador para generar una “psicosis” en la población. Esta actitud es un claro ejemplo de irresponsabilidad y falta de compromiso con la ciudadanía. Hasta ahora, el gobernador Américo Villarreal hace ver como poca cosa estos “hechos aislados” que son parte de lo que “heredó del sexenio anterior”.
La realidad es que la violencia y la inseguridad continúan siendo una amenaza real en muchas comunidades del estado. El Cartel del Golfo (CDG) y el Cártel Jalisco (CJNG) se disputan la plaza sin que nadie pueda intervenir, su epicentro es desde San Fernando logrando afectaciones más allá de sus limitaciones consiguiendo sembrar el terror a lo largo y ancho del noreste del país. Los abrazos y no balazos, hoy en día ha sido la gran pifia del presidente.
La desconfianza de los ciudadanos en las autoridades locales solo se ha visto agravada por la información contradictoria y confusa que se ha proporcionado sobre la situación. La gente está pidiendo respuestas, exigiendo transparencia y confiabilidad en lo que se les informa. Es evidente que la verdad ha logrado pesarles tanto que ya no la pueden ocultar.
Se presume de una traición en la fracción del CDG que le daría entrada en la frontera a grupos del CJNG. Todo parece indicar de un reacomodo de fuerzas que se pudiera asumir como “natural” por el cambio de administración de diferente color. Lo que es evidente es que al gobernador Villarreal se le está saliendo de las manos. La atomización de los carteles hace que no sean solo dos bandos en disputa, sino que son muchos los brazos armados que buscan la “atención” del ejecutivo. Otra visible tendencia es que en cuanto llega Morena a los gobiernos estatales se descompone la seguridad. Parece que este partido atrae estos vicios ¿será por debilidad o complicidad? O ¿será porque no obedece la línea de los acuerdos con el presidente?
Resulta inverosímil que, a pocos kilómetros de distancia, en Coahuila, el clima sea totalmente opuesto. No cabe duda de que nada es más valioso que la paz. La paz es el punto de partida más básico para el progreso de la humanidad.
