Editorial
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha presentado una iniciativa para modificar sustancialmente el sistema electoral mexicano ante la Cámara de Diputados. Esta sería el cierre con broche de oro al final de su sexenio según expertos y seguidores del mandatario. El partido Morena contempla reformar 18 artículos de la Constitución además de algunas leyes secundarias. Fue precisamente a dos días de cerrarse el periodo de sesiones y muy de cerca de las elecciones en seis entidades del país el 5 de junio.
Todo parece indicar que el designio de Morena será largo y cansado. Después de perder el control absoluto en ambas cámaras, tendrá que recurrir al apoyo por parte de la oposición para sacar adelante dicha reforma. Según los cálculos se prevé un ahorro de 24,000 millones de pesos en caso de lograr la aprobación; contemplando desaparecer el Instituto Nacional Electoral (INE) en sustitución de un órgano regulador electo por sufragio universal, reducir el numero de legisladores y el recorte a la financiación de los partidos políticos. Estos serían los ejes principales de la reforma electoral.
Se ha mencionado el reemplazo del INE por una institución llamada Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, un poco más compacto, pero con mayor amplitud de capacidad. De 11 consejeros ejecutivos pasaría a ser únicamente de 7 integrantes. La selección y elección de cada miembro, de la misma forma que los ministros del Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF) resultaría ser el tema más polémico, siendo designados por el voto directo de los mexicanos a partir de una lista de aspirantes propuesto por los tres poderes del Estado. Cada candidato a consejero y magistrado tendría que hacer campaña para convencer el mayor numero de votos por parte de la ciudadanía. Su temporalidad seria por seis años, es decir, el mismo que el mandato presidencial actualmente.
Esta propuesta presidencial ha sido blanco de criticas por expertos y académicos en materia de política electoral por el hecho de imponer la lógica partidista en una elección de órganos reguladores. Los mimos que deben regirse con total independencia y neutralidad. El arbitro teniendo el mismo trato que los jugadores. Dentro de la amplitud de competencias radica la eliminación de los órganos electorales estatales y municipales.
En la misma presentación de la iniciativa se dio a conocer la intención de desaparecer los escaños de diputaciones y senadurías por la vía plurinominal. Esto reduciría a la Cámara de Diputados en 300 curules y a la Cámara de Senadores a 96 miembros. Dicha disposición coartaría la proporcionalidad en ambas cámaras, pero en el texto se contempla únicamente una reducción de legisladores, pero no a costa de los electos por la vía plurinominal. Es importante recordar que el sistema actual es legado del priismo de antaño, precisamente cuando existía hegemonía absoluta y esta ley, entrada en 1977 le daba cabida en las curules al resto de los partidos sobre cinco circunscripciones.
Esta reforma propone la distribución de la cámara con 300 diputados en “listas plurinominales estatales”. Esto quiere decir que hace más amplia las circunscripciones y el total de las curules sean electas por el sistema proporcional. Añadiendo también que se establece una reducción considerable en el numero de diputados locales y regidores.
Esta propuesta también contempla la limitación del financiamiento de los partidos políticos únicamente para campañas electorales. Es decir, se erradicarían las partidas llamadas “ordinarias” que reciben los partidos de manera mensual para que dichos gastos se solventen mediante el financiamiento de sus simpatizantes y militantes. De igual forma se pretende regular las aportaciones de las personas a los partidos político y el uso de dichos recursos. Todos estos cambios implicarían, según la iniciativa, una reducción del 66 % del financiamiento público a los partidos. Hablando del término “propaganda electoral”, uno de los recursos polémicos y relevantes durante la revocación de mandato, será reformulado para que los servidores públicos de cualquier nivel puedan informar sobre los procesos electorales.
El cierre del presidente Andrés Manuel López Obrador pareciera soberbia en el sentido de hacer historia, si bien es cierto, el propósito principal es atender de raíz los males endémicos que perjudican nuestro actual sistema democrático. ¿Usted qué opina?
