¿Por qué ganaron los nuevos alcaldes?

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La fortaleza electoral del  Partido Revolucionario Institucional logró hacer sinergia con  los partidos de la Revolución DemocráticaUnidad Democrática de Coahuila, en una alianza que les dio una importante victoria en la elección local de ayuntamientos, con un margen considerable sobre Morena y sus aliados, lo que le permitió al PRI conservar los municipios más poblados que ya gobernaba, como la capital del estado y Torreón; recuperar otros como Monclova y Ciudad Acuña; y también encontrar fracasos como la derrota del priismo en Piedras Negras, que cimbró fuerte a las bases del partido tricolor. 

Norma Treviño Galindo, es una de los presidentes municipales que se postularon para reelegirse el pasado 2 de junio, pero también es una de los que perdieron la elección, en su caso por 5.51 puntos porcentuales. La derrota del tricolor en el municipio fronterizo fue en gran parte a consecuencia de dos grandes crisis que no pudo enfrentar con rapidez la administración municipal. 

La primera es la del agua potable registrada durante el 2023, en la que el municipio cayó en una crisis de incumplimiento causada por tuberías y equipo de bombeo obsoleto de SIMAS, agravada también por la falta de inversión para mantenimiento, finanzas insostenibles, y la autorización de nuevos fraccionamientos sin tanques elevados u otros sistemas que contribuyan a la eficiente distribución de agua. 

La segunda es la que alcanzó su límite en los primeros meses de este año, 2024, con el colapso de la red de drenaje, que ocasionó brotes de aguas negras en las calles de la ciudad, y que llegó a niveles más críticos precisamente durante el desarrollo de la campaña de reelección. Causando descontento en la ciudadanía, pues, aunque la alcaldesa reconoció el problema no contempló en su campaña como punto central el drenaje y agua.  Mientras que en la colonia Bravo una serie de viviendas quedaron en riesgo de colapsar en un barranco donde SIMAS no finalizó a tiempo la reparación de un colector caído desde hace años.

Otros factores importantes son, que durante la administración de la alcaldesa siempre ha sido cuestionada la relación que tiene con los empresarios locales, y la falta de unidad y empuje en torno a su candidatura al interior de los partidos de la coalición, que aportaron en el caso del PRD, menos de 2 mil votos, y UDC un poco más de 600 a su proyecto. 

Jacobo Rodríguez González, alcalde electo de Piedras Negras, abanderado de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, aprovechó los negativos de la alcaldesa para fortalecer su proyecto, por lo que formalizó una alianza importante con los empresarios y construyó una base de apoyo popular que le facilitaron el triunfo en las urnas con 42 mil 303 votos

Pepe Díaz González, alcalde de Allende se suma a la lista de candidatos de la coalición “Alianza Ciudadana por la Seguridad” que perdieron la reelección. El primer gran desacierto de Pepe Díaz fue la no inclusión de algunas figuras relevantes al interior de su partido y la falta de acuerdos con actores políticos. Situación que abrió la puerta a los militantes tricolores para sumarse a la candidatura del hoy alcalde electo por Morena, Ricardo Treviño Guevara, ex presidente municipal priista, que tenía el triunfo seguro desde el inicio de su campaña, además de prever que la confianza de los ciudadanos lo llevaría a arrasar en las urnas. Aunque esta situación le aseguro el camino libre a Ricardo Treviño, influyeron también en la derrota del priista la integración no bien vista de su planilla, la mala coordinación al interior de su campaña y una deficiente operación con las estructuras municipales del tricolor. 

En Hidalgo, un fenómeno muy similar le dio el triunfo a Conrado Navarro, candidato de Movimiento Ciudadano. En este municipio es importante resaltar que la priista Aleida Guzmán, por segunda ocasión pierde la elección, y también que el “triunfo” de MC,  es debido al respaldo del grupo político que lideran Alfonso Valdes y Saúl Rascón, que antes daban fortaleza a la estructura priista, pero en la anterior elección dieron su apoyo al Partido Verde y en esta ocasión al partido naranja, evidenciando que en este municipio, las alianzas y los partidos son poco trascendentes, y la fortaleza electoral se encuentra en los grupos y los liderazgos locales. 

Evelio Vara Rivera, logró el triunfo en el municipio de Zaragoza, bajo las siglas del PT, además de haber sido presidente municipal, siempre ha tenido una gran presencia en este municipio y un arraigo histórico en el partido tricolor. En el caso del PRI, las cuotas de género dejaron fuera de la contienda a su candidato natural, Loncho López Osuna, quien tenía el triunfo seguro, por lo que la candidatura fue asumida por su esposa Silvia Rodríguez Garza, que hizo una gran campaña, pero no le alcanzaron los votos para consolidar su triunfo. 

En el pueblo mágico de Guerrero, Mario Cedillo tenía segura la victoria desde que fue elegido candidato de la coalición integrada por el PRI, PRD y UDC. Su origen priista dio garantía de trabajo y operación de su partido, además de un indudable y ejemplar unidad que garantizo desde un inicio el triunfo.  

Otro buen ejemplo de coordinación y trabajo, es el del municipio de Jiménez, donde a pesar de qué se cuestionó la reelección de la alcaldesa priista, Maribel González, los partidos de la Alianza Ciudadana por la Seguridad, premiaron sus buenos resultados y lograron un acuerdo para respaldar a la presidenta en su reelección, generando una coordinación entre todos los grupos que los dispuso a trabajar juntos y lograr el triunfo. Lo mismo sucedió en el caso de Morelos, donde los partidos de la misma coalición trabajaron en unidad y se logró un buen resultado, en torno a la candidatura de Mario Camarillo Zertuche, donde además la dirección, y el trabajo político y administrativo de Xavo de Hoyos abonó considerablemente al triunfo. 

Los resultados electorales que permitieron la reelección de Mario Humberto González Vela en el municipio de Villa Unión, son en parte por la tranquilidad y confianza que tiene la población de este municipio con el trabajo y desempeño de su administración, además de impulsar la unidad al interior de su partido, el Revolucionario Institucional, labor realizada de forma personal, logró el consenso y respaldo para garantizar su nombre en las boletas electorales y su triunfo posterior.

Lo mismo intentó la alcaldesa de Nava, Pilar Valenzuela, aunque desde su postulación para la reelección no había condiciones propias para garantizar un resultado favorable, lo que ocasionó que su candidatura fuera débil desde un inicio, pues los propios priistas han calificado como poco satisfactorio su trabajo al frente el ayuntamiento. Y aunque existieron condiciones para que los otros partidos de la alianza impulsaran a una candidata más fortalecida, no se logró un acuerdo por lo que el PRI terminó abriéndole la puerta a la reelección.  Factores que terminaron abonando al triunfo de Iván Ochoa Rodríguez de la coalición PT y Morena

Acuña es un ejemplo claro de una buena coordinación, un excelente candidato, y grandes resultados en la administración municipal, o entendido de otra manera, una extraordinaria “concertación política”, frase consolidada en los años ochenta por el fundador de la UDC, Evaristo Pérez Arreola. 

Esta gran “concertación política” la fortalece Emilio De Hoyos como alcalde y como candidato, proveniente del partido Unidad Democrática de Coahuila y la estructura territorial y estrategia del Partido Revolucionario Institucional. Uno de los principales activos del alcalde son los vínculos de comunicación directa y permanente que ha consolidado su administración con todos los sectores de la ciudad y que se traducen en resultados concretos y eficientes para la población. 

Acuña es el bastión histórico de la UDC, además de ser la cuna de esta organización política, pero su fortaleza electoral local se ha visto considerablemente disminuida. En el año 2017, obtuvo casi 25 mil votos. Para 2018 su votación disminuyó a 18 mil 173 votos. En 2021, le cedieron su nombre a Morena, para el que consiguieron 25 mil 193 votos. Por su parte, el PRI, hoy el gran aliado de UDC, en las mismas elecciones de 2017, 2018 y 2021 mantuvo un voto proporcionalmente estable de entre 17 mil 400 y 18 mil 600 votos.

En la elección del pasado 2 de junio el partido de origen del candidato redujo nuevamente su votación, en lo individual obtuvo solamente 18 mil 123 sufragios, siendo superado por su nuevo aliado, el PRI, que por primera vez desde 2017 incrementó su votación para un total de 24 mil 518 votos, consolidando el triunfo electoral de De Hoyos. De hecho, si no se hubiera concretado su integración a la coalición, UDC sólo hubiera quedado derrotado, y el PRI, en solitario, podría haber ganado la presidencia municipal. 

Las condiciones y resultados de lo ocurrido en los municipios mencionados nos dan la certera oportunidad de entender que el candidato o su partido de origen no en todas las veces permiten consolidar el triunfo electoral.  Y son también ejemplos de que, las malas prácticas y falta de acuerdos con los liderazgos y figuras locales que fortalecen la interacción política, pueden ser el factor activo de responsabilidad del triunfo o fracaso de proyectos consolidados, pero también los grandes generadores de inercias democráticas y de nuevas alianzas.

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