En Monclova, el corazón de la región Centro de Coahuila, se hizo uno de los anuncios más significativos de la actual administración estatal, el arranque formal del Programa de Obras Sociales a Pasos de Gigante. En un acto de suma relevancia política y social, el gobernador Manolo Jiménez Salinas, acompañado por alcaldesas, alcaldes y representantes del equipo Mejora, dio a conocer una inversión histórica de más de 1500 millones de pesos destinada a detonar el bienestar en los 38 municipios de la entidad. Y lo hizo con un mensaje claro, firme y profundamente humano, en Coahuila, el desarrollo es para todas y todos, sin distinción, sin rezagos, sin exclusiones.
Este tipo de programas no son sólo cifras ni discursos, sino la cristalización de una visión de gobierno cercana a la gente, comprometida con el bienestar de las familias y enfocada en resolver, desde lo local, los grandes retos estructurales del estado. En este caso, las obras van más allá del cemento y el concreto. Son obras sociales, profundamente humanas, que se internan en el corazón de las colonias, barrios y ejidos de cada rincón de Coahuila, ahí donde más se necesita y donde el desarrollo verdaderamente transforma vidas.
Cuando se habla de agua potable, drenaje, electrificación, techos firmes, cuartos adicionales, plazas públicas, escuelas dignas y espacios comunitarios, no se está hablando sólo de infraestructura. Se está hablando de justicia social, de cerrar brechas históricas, de devolverle dignidad a cada comunidad. Se está hablando de permitir que una familia deje de vivir con piso de tierra o que una escuela cuente por fin con baños adecuados para sus alumnos. Cada una de estas acciones representa una historia de esperanza, de progreso tangible, y de transformación cotidiana.
La fuerza de este programa radica también en su alcance territorial. Los 38 municipios de Coahuila serán beneficiarios de estas obras, desde los más grandes y urbanos hasta los más pequeños y rurales. Y esto no es casualidad. Es la respuesta a un compromiso de campaña que hoy se vuelve realidad, llevar desarrollo parejo a todas las regiones del estado. Porque el progreso que no llega a todos, no es progreso; y el desarrollo que deja a alguien atrás, no es verdadero desarrollo.
Este enfoque igualitario tiene, además, un impacto económico inmediato. La inversión de mil 500 millones de pesos significa también generación de empleos, dinamización de la economía local, impulso a pequeñas y medianas empresas constructoras y una mayor circulación de recursos en todas las regiones. Cada obra es una fuente de trabajo y una oportunidad para cientos de familias. Es también una manera de reactivar comunidades que, por años, han enfrentado retos económicos complejos, sobre todo aquellas en la región Centro-Desierto y Carbonífera, profundamente afectadas por el cierre de Altos Hornos de México.
El gobernador Manolo Jiménez ha decidido reivindicar estas regiones con acciones contundentes. Obras Sociales a Pasos de Gigante no es una respuesta improvisada, sino una estrategia pensada para revitalizar el tejido comunitario, apostarle al crecimiento desde abajo y reconocer que ahí donde más se ha perdido, más hay que invertir para reconstruir.
No hay que perder de vista que este esfuerzo se inscribe dentro de una política estatal de gran alcance, en la que se integran otros programas emblemáticos como la Mera Mera, el Programa Alimentario de Huevo y Leche, los Mercaditos Mejora, el Programa de Escrituración, el de Salud Popular y muchos otros que, en su conjunto, representan una red de apoyo real y efectiva para las familias coahuilenses. No se trata de programas aislados, sino de una política pública integral que ha puesto a las personas en el centro de las decisiones.
Además, hay algo profundamente simbólico y poderoso en el hecho de que el arranque de este programa haya congregado a alcaldes y alcaldesas de todo el estado, sin importar colores partidistas. Esa imagen de unidad, de trabajo coordinado, envía un mensaje necesario en estos tiempos, en Coahuila, los intereses políticos se subordinan al bien común. Aquí se trabaja en equipo, se gobierna con visión compartida y se avanza con responsabilidad colectiva. El verdadero liderazgo se mide en la capacidad de sumar, no de dividir.
También es importante destacar que este gran programa se enmarca en una prioridad innegociable para el gobierno estatal, la seguridad. Manolo Jiménez ha sido claro y enfático en este tema. La paz y el orden que hoy distinguen a Coahuila no son fruto de la casualidad, sino del trabajo constante, de una estrategia eficaz, de la colaboración interinstitucional y del compromiso diario con la tranquilidad de las familias. Las obras sociales que hoy se emprenden sólo pueden implementarse en un entorno de seguridad, y eso es justamente lo que se ha consolidado en el estado.
Vivir en Coahuila, como lo ha dicho el gobernador, es una gran bendición. No es una frase vacía, sino una convicción basada en hechos, Coahuila es una entidad con estabilidad, con visión, con un profundo sentido de comunidad y con un liderazgo que no sólo administra, sino que transforma. La inversión en obras sociales, es una inversión en la dignidad humana, en el desarrollo regional equilibrado, en la cohesión social y en la construcción de un mejor futuro para todas las generaciones.
Cuando una madre de familia ve que su colonia por fin tendrá agua potable o que el centro comunitario al fin será rehabilitado, sabe que hay un gobierno que la escucha y la respeta. Cuando un joven ve que su escuela tiene techos firmes y baños limpios, entiende que su educación importa. Cuando una comunidad entera es beneficiada con obras, siente que forma parte de un estado que no olvida a nadie.
Por eso, esta editorial no es sólo una reflexión sobre un programa gubernamental, sino un reconocimiento a una forma de gobernar centrada en la gente, en sus necesidades reales, en sus aspiraciones más básicas y legítimas. Obras Sociales a Pasos de Gigante es más que un nombre, es una promesa cumplida, una muestra de que en Coahuila se avanza con paso firme y con rumbo claro.
El llamado final es claro, trabajar en unidad. Porque la grandeza de Coahuila no es una tarea exclusiva del gobierno, sino una construcción colectiva que se nutre del esfuerzo diario de miles de ciudadanos. Hoy más que nunca, tenemos razones para creer en nuestro estado, en sus instituciones, en su liderazgo y en su futuro.
Con acciones como esta, Coahuila no sólo camina, avanza a pasos de gigante.
NOTA: Las siguientes frases para resaltar en recuadros en la segunda página de la editorial con una tipografía más grande y diferente.
Obras Sociales a Pasos de Gigante, en el que se invertirán más de mil 500 millones de pesos en acciones para los 38 municipios.
“El estar aquí presentes todos nosotros es una muestra para nuestra gente de Coahuila de que, independientemente los colores de partidos, aquí trabajamos en equipo todas y todos por el estado y todos sus municipios”, Manolo Jiménez.