MIGRACIÓN EN TIEMPOS DE LA 4T

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La migración humana en un sentido práctico, no es otra cosa más que un cambio de residencia, y es un fenómeno social que ha sido constante en la historia de la humanidad.

Los factores que la generan son muy diversos, pero los más comunes son los ecológicos, la guerra, los económicos y los políticos; y en muchas ocasiones, sin importar las razones, no es voluntaria.

Disminuir los flujos migratorios a través de acciones concretas deberían de ser una prioridad en las políticas públicas de los países que la padecen en mayor número, así como  generar e impulsar acciones cooperativas, tanto de los países emisores como de los receptores.

México es un país de tránsito para miles de migrantes que tienen como destino los Estados Unidos, pero recientemente hay una inusual llegada de personas provenientes de países que no tenían como destino natural a esta región, por lo que la frontera sur del país se ha convertido en la puerta de entrada de personas de Haití, África, Asia y Sudamérica que se suman a la tradicional migración de países de Centroamérica.

De estos grupos de personas son dos las razones preponderantes que generaron su necesidad de migración, las económicas, ya que provienen de países en vías de desarrollo y viven en una situación económica crítica; y las políticas generadas por la intolerancia o

intransigencia de las autoridades.

De acuerdo a datos de la Organización Internacional de las Migraciones, se calcula que cada año cruzan por México por lo menos 400 mil personas migrantes con la esperanza de llegar a Estados Unidos, existiendo días en los que ingresan casi 8 mil personas. Pero al no poder llegar a su destino, muchos de ellos solicitan la condición de refugiados; hasta antes el año 2020, anualmente se recibían cerca de 41 mil trámites anuales de solicitudes, perosolamente en 2021, las solicitudes fueron más de 110 mil, y el 2023 se estima que cerró con al menos 150 mil solicitudes, lo que prácticamente cuadruplica los números anteriores, lo que ha generado una crisis migratoria que desborda a nuestro país.

Un ejemplo de ello es la llamada caravana del éxodo de la pobreza, que partió en nochebuena de la frontera sur del país, y es la más numerosa del 2023, integrada por más de 6 mil de migrantes, predominada por personas provenientes de El Salvador, República Dominicana, Honduras, Guatemala, Venezuela, Cuba, Haití, Perú, Brasil, ElCongo, Mali y Guinea. En su travesía a Estados Unidos después de avanzar 90 kilómetros, hicieron una parada en la unidad deportiva Santa Cruz, en Mapastepec, Chiapas, donde se quedaron cinco días y ahí recibieron el año nuevo, para posteriormente reanudarla, pero el 2 de enero se disolvió tras el ofrecimiento del Instituto Nacional de Migración de entregar visas humanitarias por un año a personas en situación de vulnerabilidad.

Las visas humanitarias ofrecidas tienen vigencia de un año y cuentan con la posibilidad de calificar posteriormente para una visa permanente a la población que haya acreditado que se encuentra en una situación de vulnerabilidad, promesa que hizo que cientos de

migrantes se desistieron de seguir el camino y optaron por entregarse, para así convertir a México en su nueva residencia.

Detener a toda la migración, y evitar que se acerquen a Estados Unidos”, son las palabras que reconoce López Obrador, y con las que instruyó el secretario de la Defensa Luis Cresencio Sandoval, al ejército mexicano para convertir al país en un muro de contención que solamente ha agravado lo que poco a poco se ha convertido en una crisis migratoria durante este sexenio.

El sometimiento del gobierno de la 4T inició en el 2019, cuando el presidente Donald Trump amenazó con imponer aranceles de hasta 25% a las exportaciones mexicanas, si el gobierno de López Obrador no frenaba los intentos de los migrantes de avanzar a su país.

La respuesta de México a dicha amenaza fue desplegar a la Guardia Nacional en las dos fronteras originando lo que ahora se conoce como Plan de Migración y Desarrollo de la Frontera Norte y Sur, y que representa la única política migratoria del lopezobradorismo. La estrategia contempla el despliegue mensual de más de 28 mil elementos de todas las Fuerzas Armadas, para contener la migración con la orden de mantenerlos en el sureste mexicano y evitar a como dé lugar que pisen territorio estadounidense.

Los resultados de la política migratoria del ejecutivo están a la vista y no son en ningún sentido positivos, pues no ha reducido las intenciones de los migrantes de llegar a territorio americano, tampoco ha mejorado las condiciones de tránsito y estancia en el país, lo que ha convertido a la comunidad de migrantes en una espiral de violencia condenada a vivir sin acceso a derechos básicos.

México es un cuello de botella que termina convirtiéndose en un callejón sin salida para los migrantes que lo transitan. El gobierno mexicano no tiene capacidad de albergarlos, salvaguardarlos, protegerlos y mucho menos de darle atención a su situación migratoria.

Lo que los obliga a buscar una residencia definitiva en algún punto del país o como en la mayoría de los casos, vivir en la calle.

Solamente en Ciudad Juárez se estima que al menos 14 mil personas migrantes duermen en la calle en condiciones muy vulnerables. Y existen casos como el de San Pedro de Tapanatepec, en Oaxaca, lugar en el que quedaron varados 15 mil migrantes, cifra que supera a la población local. Pero la realidad es que el Gobierno de López Obrador solo tiene una estimación sobre cuántos migrantes realmente hay en México, y sobre el estatus de estos, debido a su ineficiencia, ya que miles llegan sin registro cada día y se desconoce cuántos logran realmente entrar en Estados Unidos.

El Instituto Nacional de Migración señala que durante 2023 más de 686 mil personas extranjeras se mantienen en México con estancia irregular, una cifra exorbitantemente alta en comparación con las de la última década.

La integración social de las comunidades migrantes a nuevas comunidades de recepción es complicado, y genera en muchas ocasiones problemas culturales, sociales, económicos, de seguridad y hasta políticos, creando en muchas ocasiones asentamientos humanos que

carecen de identidad social y cultural, por la gran diversidad que los integra, y acrecentada por la falta de programas del gobierno mexicano para contrarrestar las causas que los originan.

Coahuila es un punto fronterizo al que diariamente llegan miles de migrantes, ya que ellos mismos consideran al estado como uno de los más seguros para transitar y así llegar a la frontera. El alto número de personas que se asientan en las ciudades del norte del estado, genera la latente posibilidad de enfrentar los problemas que se presentan en otras ciudades fronterizas, y para ello, el Gobierno de Coahuila realiza constantes gestiones y labores de colaboración ante autoridades de Estados Unidos y del Gobierno Federal, para atender de mejor manera el fenómeno migratorio. 

El gobierno de Manolo Jiménez soporta al INM a través de sus áreas estatales y municipales para lograr resultados positivos. 

Para esto, se han incorporado 50 elementos más del Instituto Nacional de Migración en apoyo a los operativos de rescate, y se han habilitado 20 vuelos de Piedras Negras a Villahermosa, Tabasco, para el traslado seguro y ordenado de personas migrantes extranjeras a sus lugares de origen. El gobierno de Manolo Jiménez gestionó ante Ferromex, 10 autobuses que diariamente colaboran en estas acciones;  diariamente un promedio de mil migrantes salen de Piedras Negras y Acuña en los distintos transportes designados para ello. 

En Piedras Negras y Allende, se cuenta con un punto de rescate del Instituto Nacional de Migración para atender y disminuir el flujo migratorio. Los resultados se pueden medir con las detenciones que realiza la patrulla fronteriza en Eagle Pass y Del Río, que han disminuido de 3 mil diarias, a un promedio de entre 500 y 700.

Las acciones afirmativas del gobierno de Coahuila han sido bien vistas por las autoridades de Estados Unidos, y debido a ello anunciaron la reapertura del puente internacional 1 Piedras Negras-Eagle Pass, Texas, que se mantenía cerrado desde hace tiempo. 

El gobernador ha instruido que estas acciones se ejecuten también en la región centro del estado, específicamente en Monclova, y en conjunto con el Instituto Nacional de Migración realizar operativos que respeten y garanticen los derechos de los migrantes.

Aunque existen casos como el de Coahuila, donde de manera integral se busca atender y solucionar el problema migratorio, la disposición del gobierno federal para enfrentar y solucionar este fenómeno social es casi inexistente, ocasionando de manera directa una incertidumbre en la posibilidad de generar acciones que den certeza a los migrantes de garantizar sus derechos y reducir en el mediano plazo de manera considerable el flujo migratorio.

Y por otro lado, la falta de cooperación internacional que genere condiciones y soluciones eficientes que se puedan traducir en políticas sociales integrales que eviten la expulsión desmedida de la población de países que sufren este problema problema, y que son la base medular de la migración; la viable es generar fuentes de empleo, estimular el desarrollo social y transformar el sistema que impera en esas naciones con acciones que integren el desarrollo de sus habitantes.

México necesita acciones inmediatas y positivas que generen condiciones humanitarias para mejorar el trato de los migrantes en tránsito, ya que seguir con la misma y deficiente política migratoria no dejará más que nuevos problemas generados por el impacto de esta urgente movilidad humana.

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