La semana pasada, distintas figuras notables a nivel nacional se dieron cita en el World Trade Center de la colonia Nápoles de la Ciudad de México. Entre la audiencia se encontraban dos excandidatos presidenciales, personajes tanto de Movimiento Ciudadano (MC), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), exfuncionarios federales, exgobernadores, exrectores de universidades, líderes de opinión, entre otros profesionales de la política. Todos convocados con la finalidad de darle comienzo al proyecto denominado Colectivo por México, proyecto que se ostenta ciudadano. Dentro de sus principales promotores se encuentra el senador Dante Delgado Rannauro, el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, y el exrector de la UNAM, José Narro Robles, entre otras figuras relevantes.
Parte de sus tareas a corto plazo es el de fortalecer a la organización formando reuniones y foros alrededor del territorio nacional para después, en el mes de junio del 2023, llevar a cabo su encuentro nacional donde darán a conocer las inquietudes, propuestas y proyectos regionales emanados de dichos encuentros. Esta nueva alternativa política destaca en contar con mayor sustento y peso en sus personajes. Al parecer va en serio eso de buscar limar las asperezas que se han formado durante el sexenio de la 4T, juntar lo que ha dividido el presidente y así darle una nueva narrativa, además de rumbo serio a lo que se refiere la oposición en el país. Ahí mismo se expuso la senadora Patricia Mercado que todo lo anterior será financiado de manera colectiva.
No se hizo esperar la comentocracia de grilla y café especulando que este colectivo es para catapultar la plataforma política y los cuadros del MC en miras al 2024. Precisamente Dante Delgado lo dejó claro en esta primera reunión: no serán foros para posicionar o buscar un candidato para suceder a AMLO. Cabe destacar que del partido MC estuvieron presentes las senadoras Patricia Mercado e Ivonne Ortega Pacheco (exgobernadora de Yucatán por el PRI), los diputados Salomón Chertorivski Woldenberg y Amalia García Medina, entre otros diversos candidatos y operadores del partido naranja. Gran parte de los participantes y expositores de Colectivo por México mostraron su interés en mostrarse como la alternativa ciudadana y apartidista, sin protagonismos y sin polarización. Esto es relevante ya que ni el mismo presidente de la República ha podido frenar en su propio partido: el descrédito de la población hacia los partidos políticos en general. En las pantallas, al arranque del evento, mostraron parte de las intenciones, “un colectivo por encima de las diferencias”.
Del ala priista estuvo al frente el excandidato presidencial Francisco Labastida Ochoa, quien se señaló como uno de los promotores principales de este proyecto, así como José Narro, exsecretario de Salud durante el sexenio de Enrique Peña Nieto; Arturo Núñez Jiménez, exgobernador de Tabasco; Beatriz Pagés Rebollar y Óscar Espinosa Villarreal, reconocido también por ser el último regente del entonces Distrito Federal. De los panistas destacó la senadora Xóchitl Gálvez, la excandidata presidencial Josefina Vázquez Mota y el expresidente nacional del PAN y senador Gustavo Madero Muñoz, de igual forma asistió la experredista Alejandra Barrales Magdaleno, quien contendió por la jefatura de gobierno de la Ciudad de México en 2018 contra Claudia Sheinbaum Pardo. Asimismo, exfuncionarios federales como el embajador Miguel Ruiz Cabañas Izquierdo, quien fuera subsecretario para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos durante el sexenio de Peña Nieto; Julio Frenk Mora, exsecretario de Salud en la administración de Calderón e Ignacio Morales Lechuga, titular de la Procuraduría General de la República (PGR) durante el sexenio salinista.
El gran ausente fue Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien sin deberla y sin temerla fue arremetido por el presidente en la mañanera del día siguiente. Con manipulaciones y mala información fue que manifestó que Cuauhtémoc, uno de los grandes precursores de la izquierda moderna mexicana, se ha vuelto su adversario, enfatizando que son tiempos de definiciones. Haciendo lo que la vieja política aplicaba con discreción. Andrés Manuel se sigue comportando como esos políticos que dividen a las personas en dos grupos: en primer lugar, en instrumentos; en segundo, en enemigos.
Bastante arropado estuvo el arranque de México Colectivo por diferentes flancos, tanto ideológicos como ciudadanos, mostrando a todas luces la inconformidad hacia el gobierno morenista. La intención y disposición de los operadores de esta nueva alternativa parece darle un toque disruptivo. El presidente no se hizo esperar, al día siguiente hizo mención del evento en la mañanera, dando muestra de que esa bala le llegó al corazón. Esta etapa, como primer mandatario, es nueva para él, en donde las órdenes empiezan a carecer de peso, las estrategias se desdibujan y el proyecto para la sucesión lo va desplazando cada vez más. Jactarse de ser la voz del pueblo quizá no haya sido lo suficiente para llevar a buen puerto la imagen que desde el ojo de la historia lo vaya a juzgar.
