México en llamas

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Desde hace varios sexenios nos queda clara la importancia de la seguridad y su resonancia en el resto de los indicadores para una vida digna en México y en cada una de sus entidades. No solo se trata de resistir ante el aumento de casos sino de reducir por completo (porque para eso están las autoridades) los casos que desestabilizan la paz en nuestra entidad por los eventos de los estados vecinos. La inseguridad se ha vuelto el principal problema para los mexicanos incluso mayor que la economía, el desempleo, la inflación y la sexta ola de COVID-19 que mantiene los contagios del virus al alza desde inicios de diciembre. Todo esto mientras México sufre una ola de violencia gracias al motín de reos en Chihuahua, así como los múltiples enfrentamientos en Jalisco, Nuevo León y Veracruz.
Después de concluir un 2022 marcado por los ataques del crimen organizado, tales como los narcobloqueos en estados como Jalisco, Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán ocurridos entre el 10 y el 14 de agosto, dejando un saldo de 341 muertos. Haciendo un pequeño recuento de lo que va este 2023, fue desde el 1 de enero que detonó un motín en el Centro de Readaptación Social (CERESO) número tres en Ciudad Juárez, Chihuahua, que derivó en el escape de Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, conocido como ‘El Neto’ y líder de la banda los Mexicles. Esta violencia continuó en la entidad este 2 de enero, cuando este grupo delincuencial se enfrentó a autoridades de la entidad y dejaron siete muertos. Esa misma tarde, en el municipio de Salinas Victoria, Nuevo León se registró un enfrentamiento entre policías y miembros del crimen organizado, dejando tres agentes y dos criminales muertos. En Lagos de Moreno, Jalisco, hubo un enfrentamiento entre civiles armados y policías, que dejó como saldo a tres personas muertas. 
Fueron apenas las primeras 24 horas del 2023 y el año ya se iría tornando rojo, al reportarse 87 asesinatos a lo largo del país, la mayoría de estos en Chihuahua con un saldo total de 21; sin embargo, también hubo muertos en Veracruz (13), Estado de México (9) y Guanajuato (8). Fue antes de llegar a la primera quincena del año para lograr rebasar el primer millar de asesinatos en nuestro país, promediando 77.15 casos diarios.  Esto nos recuerda que el indicador de la violencia y la inseguridad será el eje principal de las problemáticas que enfrentaremos los mexicanos en el resto del 2023. 
Según los resultados de las encuestas de Tresearch a nivel nacional: el robo a negocios en México se registra 1 cada 7 minutos; el robo en vía pública 1 cada 8 minutos; la corrupción de menores 1 cada 201 minutos; en cuanto a los abusos sexuales se registra 1 cada 18 minutos; en materia de violencia familiar es desgarrador: 1 cada 2 minutos; el acoso sexual 1 cada 55 minutos; violencia de género 1 cada 114 minutos; las amenazas se dan cada 4 minutos y el robo en casa-habitación cada 10 minutos. Con todo lo anterior mencionado nuestro estado, Coahuila de Zaragoza, pareciera que estamos en un oasis en materia de seguridad. Que somos ese muestreo atípico a lo generalizado por otras entidades que opacan la administración federal en materia de seguridad. Según el informe de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), los estados con mayor incidencia delictiva con relación a los homicidios dolosos durante el 2022 continúan con la misma tendencia. De tal manera que, durante los primeros días del año, Guanajuato sigue siendo la entidad más peligrosa con 101 asesinatos. El Estado de México, Chihuahua, Michoacán, Baja California y Jalisco de igual forma se mantienen entre las que reportaron mayor cifra de casos. 
La inseguridad se palpa de manera diferente en cada entidad, cada estado cuenta con sus problemas distintos de cada uno, la tendencia en muchos de ellos ha sido la inseguridad y la impunidad como constante. Los graves problemas socioeconómicos que arrastra el país repercuten en eso mismo: la seguridad y la gobernabilidad. Es clave no quitar el dedo del renglón en materia de seguridad en nuestra entidad, ya lo vivimos, ya lo padecimos. Sabemos de lo que se trata y de todo lo que pudiera conllevar si este flagelo regresa. Las comparaciones son odiosas pero en ocasiones necesarias, no se trata de categorizar si nuestro México sea un Estado fallido o no, la gran mayoría de analistas y expertos lo han dejado claro: no es fallido el Estado pero sí hay fracaso en materia institucional. Las instituciones fueron rebasadas de tal forma que el ejército continúa en las calles. Un reflejo importante del progreso en materia de seguridad pública será claro: que el ejército, en su momento, se encuentre en las labores para las cuales fue verdaderamente diseñado. Hasta el momento eso se ve lejano.
La inseguridad es un tema tan serio para el desarrollo de empleo y la dignidad de los pueblos que es de vital importancia señalarlo con frecuencia. El privilegio que hoy gozamos como entidad no es una casualidad y ahora que lo observamos en los estados vecinos nos alerta para no perder el terreno que hoy por hoy hemos ganado. El clima electoral le dará énfasis a ello, pero es importante recordar el porqué de nuestra actual situación.
Con todo lo anterior, y con la envidiable tranquilidad en la que vivimos en Coahuila, en donde el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador lo ha reconocido en sus mañaneras de manera directa haciendo mención de los trabajos encabezados por el gobernador Miguel Ángel Riquelme, podemos asegurar que esa paz cuesta sudor, trabajo y riesgos. Esa tranquilidad de transitar por las calles de sus ciudades y poblados nos debe recordar que la pelota está en nuestra cancha al momento de tomar la decisión en estas próximas elecciones.

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