Aspirantes y diálogos por México

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Editorial

La semana pasada fue la indicada para levantar la mano y hacer pública la aspiración para varios aspirantes opositores al régimen del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador. Uno de ellos fue el exgobernador oaxaqueño, Ulises Ruiz Ortiz, que a través de sus redes sociales anunció que competirá de manera independiente por la Presidencia de la República para el 2024. Fue precisamente en su cuenta de Twitter que el aun priista externara su preocupación por recuperar la esperanza del país invitando a la ciudadanía a ser parte de su proyecto, añadiendo que “tú eres el próximo pobre. Y si no hacemos algo ahora, no habrá futuro para nadie. Aún hay tiempo; con las reglas del INE me registraré como candidato independiente a la presidencia de México, para que juntos recuperemos el rumbo”. Su visión está enfocada cien por ciento a la clase media, esa que el gobierno actual se ha desentendido por continuar con su popularidad sin tener un proyecto concreto y real para ella. Aquella clase media que no debe ser determinada por su situación financiera, sino por su relación con el gobierno que, hasta ahora sigue siendo ignorada. 

A pocos meses de concluir el 2022, y a otros más de la elección del 2023, el priismo nacional se dio a la tarea de convocar, dialogar y mostrar el músculo electoral con los principales cuadros de su partido a nivel nacional con miras al 2024. Durante el encuentro priista llamado “Diálogos por México” se perfilaron unos y se desempolvaron otros durante estos eventos. Como en los viejos tiempos, el auditorio Plutarco Elías Calles se abarrotó generando una sensación de esperanza para su militancia. Las porras, los aplausos y los gritos de apoyo lograron encender el ánimo de los exponentes. El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat enfatizó, “si queremos crear, tenemos que construir. El PRI siempre lo ha entendido. Porque saben cómo se construye: con diálogo y cuando se agota el diálogo, ¡más diálogo! No es en la descalificación, es en la esperanza que se construye. Es cuando se escucha a ese México profundo, que está allá afuera dispuesto a morir por dignidad. Se construye a través de mayorías, pero no las que aplastan a las minorías, sino las que las incorporan y las orientan; se construye cuando hay diálogo… el diálogo de la historia”. Además, citó a Benito Juárez, “que a salto de mata mantuvo una idea de la República que representa para nosotros la libertad”.

La firmeza y el discurso de Beatriz Paredes Rangel fue contundente. La senadora además de destaparse para la presidencia también señaló que no son momentos para ser débiles, oportunistas o conformistas, y los llamó a dejar atrás mezquindades y ambiciones personales, porque son momentos en que el país requiere de un gran frente nacional. Hay que recordar que la llamada cuarta transformación es un nuevo modelo que plantea un cambio en el estado nacional, y desde esa perspectiva supone una revolución a las causas establecidas, que destruye lo existente y no se satisface con la evolución democrática. Mencionó que “por ello existe esta pretensión de perpetuarse, porque la 4T es una nueva definición… la próxima elección trasciende por mucho los relevos presidenciales, ya que la 4T se juega la continuidad, y en el país la excesiva presencia de un personaje, el desprestigio de los Poderes de la República y el “aplastamiento” del federalismo, por eso que se hable de un nuevo Maximato”. Algo relevante en su ponencia fue el respaldo que brindó para continuar con la estrategia de la alianza con el PAN, PRD, entre otros. 

Dentro de los invitados se destacó en el primer día a José Ángel Gurría, excanciller, exsecretario de Hacienda y exdirector de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el exsecretario de Economía Ildefonso Guajardo, quien prefirió por no anotarse en la lista de los presidenciables de su partido. Además, estuvieron presentes los exlíderes nacionales del PRI Manlio Fabio Beltrones Rivera (quien asistió por invitación de Beatriz Paredes), José Antonio González Fernández y Pedro Joaquín Coldwell, así como la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional, Carolina Viggiano, Sergio García Ramírez y María Esther Sherman, Enrique Villegas, Claudia Ruiz Massieu y Enrique de la Madrid.Al cierre destacó el gobernador del estado de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, reafirmando su postura en favor de la alianza y señalando que esto no se trataba de una pasarela de aspirantes. Aprovechó para mostrar el balance general y la radiografía que le ha resultado su administración en donde con orgullo, con militantes y ajenos, entre los pasillos y a las afueras del edificio de Insurgentes se destacaba la labor en materia de seguridad y empleo. En su discurso señaló que “mientras el entorno económico nacional es adverso, en Coahuila hemos generado confianza a través de un nuevo pacto laboral, basado en la coordinación entre gobierno, empresarios y sindicatos”. Los resultados del buen gobierno no solo se perciben en el discurso, hoy por hoy Coahuila es una entidad que se distingue por sobre el resto de sus estados vecinos. Miguel Riquelme sabe muy bien que la paciencia es una virtud, esa misma con la que hace política y le deja claro a todos los coahuilenses que se morirá en la raya para hacer entrega de la estafeta a un priista. Ante los resultados de paz y desarrollo en el estado, así como la fractura de Morena Coahuila, podemos decir que a Riquelme todo le sale bien.

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