El festejo del América tras su coronación en el Estadio BBVA fue abruptamente interrumpido cuando los aspersores fueron encendidos y las luces del inmueble disminuidas. Mientras los jugadores azulcremas celebraban y atendían a la prensa, el personal del estadio activó el sistema de riego, obligándolos a abandonar el campo.
La acción generó molestias entre los aficionados del América que permanecían en las gradas para celebrar con los futbolistas. Aunque la situación no escaló, los aspersores siguieron funcionando durante varios minutos tras la salida del equipo visitante.
Este tipo de medida, vista en otros países para desalojar a equipos rivales, contrastó con la cordialidad mostrada por los Rayados de Monterrey tras el triunfo americanista.