Cuando Carlos Alcaraz coge la velocidad de crucero es un rival casi imbatible para la mayoría de los jugadores del circuito. Este lunes en el ATP 500 de Pekín, Casper Ruud no fue la excepción, pese a que el noruego salió en tromba y tomó una ventaja de 3-0 en el primer set con un buen planteamiento táctico y esa consistencia que le permitió jugar tres finales de Grand Slam, una de ellas, el año pasado en el US Open, contra el español (pierde por 4-0 en el cara a cara). Carlitos reaccionó con un parcial de 5-0 para tomar la delantera y no soltarla ya hasta el final de un partido que ganó por 6-4 y 6-2 en 1h44.
“Estoy muy feliz por haber sido capaz de ganar a un jugador como Casper en dos sets. Eso demuestra mi nivel. Ha sido duro, con grandes intercambios al principio, también durante el resto del partido… Encontré la manera, las soluciones después de un inicio complicado y eso me dio un extra de confianza”, dijo Alcaraz, que no encontró diferencias entre jugar en la Pista Diamond, la central del China Open, y la Lotus, en la que se enfrentó a Ruud, que ya había competido dos veces ahí.
El primer juego del partido duró 15 minutos y el noruego de 24 años y número 9 del mundo salvó cinco puntos de break, antes de romperle el saque al español con su primera oportunidad. Después, Ruud consolidó su ventaja y hasta ahí llegó su resistencia. A partir de entonces y hasta el final del duelo, solo ganó tres juegos más. “En ese juego demostré que estaba preparado para la batalla, en forma, y me hice una idea de cómo iba a ser el partido”, analizó Carlitos, muy superior a pesar de ese inicio a contracorriente, también en la estrategia.
