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Deportes

Alcaraz ante Harris

El Ahuizote
El Ahuizote
septiembre 1, 2023

Cae Lloyd Harris como fruta madura. El voluntarioso sudafricano, otro de esos jugadores que desaparecieron durante un tiempo del mapa como consecuencia de las lesiones, pierde presión como una botella de gaseosa recién abierta. Al quinto juego cede el primer break y a partir de ahí, el duelo se traduce en una exhibición de facultades de Carlos Alcaraz, que luce muelles en el salto, cilindrada en la carrera, muñeca en la red y, por encima de todo, una derecha supersónica. Vence con holgura (6-3, 6-1 y 7-6(4), en 2h 28m), enseña las fauces y sube la temperatura de su tenis en dirección a la tercera ronda, en la que se medirá el sábado con el británico Daniel Evans (1-6, 6-1, 6-3 y 6-3 a Botic van de Zandschulp).

“En cada partido buscamos que la gente disfrute del tenis, y creo que lo hemos hecho muy bien hoy. Creo que he jugado un gran partido de principio a fin. Si me tengo que quedar con algo es con el nivel en el segundo set”, expresa después de firmar 33 golpes ganadores y de lograr cinco roturas. “Creo en mí y en el equipo que tengo, aprender de ellos es muy importante. Entreno al 100% cada día y esa es la clave y la única manera de alcanzar un gran nivel. Tienes que poner todo cada día. He alcanzado un gran nivel gracias a eso. Tengo que darle mérito a mi equipo, sin ellos no estaría aquí”, se dirige a su banquillo, copado de arriba abajo entre técnicos, familiares y allegados.

Alcaraz la sella. El español le intimida. Lógico. Esos dos brazos cada vez son más gruesos y más robustos, y la musculatura está más definida. Tiene 20 años, pero ya es un armario. El trabajo de laboratorio ha convertido al fideo adolescente en un veinteañero Swchartzenegger. Su carrocería es de piedra. A cañonazo limpio, resuelve.

La rompe a la que puede y en la defensa pone el turbo para llegar a todas las bolas. En acción, cabalgando, sus piernas son un espectáculo. Tiene dinamita en los cuádriceps. Lo sufre el sudafricano y aunque rebate en el desenlace para ver si araña algo, no obtiene mayor recompensa que la de una rotura y la de dilatarlo hasta el desempate. Visto lo visto, no es poco. Del 4-2 adverso a la sentencia, sin dilaciones que no convienen. Como un tiro y escupiendo fuego, dando portazos también, Alcaraz apunta ahora a Evans, al que ha derrotado las dos veces que han cruzado sus caminos: hace dos años en Viena, este curso en Barcelona. Más que prolífica la cosecha en este 2023, en el que ha logrado 55 de sus 145 victorias en la élite. Lo celebra el chico de la camiseta: “Carlitooooooos!”.

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