Cultura 107
María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, conocida como Remedios Varo, fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica española cuyas creaciones evocaban mundos surgidos de su imaginación, entrelazando lo científico, lo místico, lo esotérico y lo mágico.
Varo fue una de las primeras mujeres en estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1932 se trasladó a Barcelona, donde trabajó como diseñadora publicitaria y se unió al grupo surrealista catalán Logicofobista. En 1937, junto al poeta surrealista francés Benjamin Péret, se trasladó a París y, tras la llegada de los nazis en 1941, se exilió en México, donde permaneció sin volver a España.
A pesar de la creencia común, Remedios Varo nunca adquirió la nacionalidad mexicana, manteniendo su nacionalidad española, aunque decidió no regresar a su tierra natal, a diferencia de su amiga Leonora Carrington, quien sí se nacionalizó en México.
Nació en Anglés, Gerona, y se trasladó a Madrid a los 9 años con su familia. Su padre, Rodrigo Varo y Zejalvo, era un ingeniero y librepensador interesado en el esperanto, con preocupaciones sociales y pasión por la mineralogía, originario de Cabra, Andalucía. Su madre, Ignacia Uranga y Bergareche, nacida en Argentina de ascendencia vasca. Remedios era la segunda de tres hermanos, con dos hermanos varones, Rodrigo y Luis.
El nombre de Remedios se debe a la patrona de Anglés, la Virgen de los Remedios, venerada por su madre, quien prometió darle ese nombre si el parto transcurría bien, tras haber perdido dos hijos por tifus. Desde joven, Remedios tuvo problemas de salud, especialmente cardíacos, y mostró una inclinación natural hacia la pintura.
La influencia de Anglés en su obra se debe a la participación activa de su padre en la vida local y su contribución como fundador de la Cooperativa Local Anglesense, influida por el esperanto. Esta conexión se refleja en algunas de sus obras, como “Icono” (1945), con el perfil de la montaña de Santa Bárbara en Anglés, y “Homo Rodans” (1959), con la rueda característica de los canales de riego de Anglés.
La profesión de su padre obligó a la familia a mudarse primero al Marruecos español y, en 1917, a Madrid, donde Remedios recibió educación en colegios católicos y luego se formó artísticamente.
En la Exposición Internacional del Surrealismo en México, en 1940, en la Galería de Arte Mexicano, uno de sus cuadros titulado “Recuerdo de la Walkyria” ya había sido exhibido. Después de establecerse en México, Péret y Remedios se unieron a un círculo de amigos y artistas que incluía a César Moro, Esteban Francés, Gerardo Lizarraga, Leonora Carrington, Octavio Paz y Eva Sulzer, esta última una importante mecenas de los artistas exiliados. Durante los años 40, Remedios llevó a cabo varios trabajos artesanales, de decoración y publicidad, incluida una colaboración con Marc Chagall en el vestuario para el ballet “Aleko” que se estrenó en el Palacio de Bellas Artes. El 10 de mayo de 1946, se casó civilmente con Péret en Cholula, Puebla, para obtener un pasaporte con el que viajar por Sudamérica.
En 1947, se separó de Benjamin Péret, quien regresó a París, aunque ella lo apoyó económicamente y estuvo presente en su lecho de muerte en 1959. Gracias a sus contactos previos y su labor en México, en 1947, Remedios se unió a una expedición científica del Instituto Francés de América Latina en Venezuela, donde realizó estudios microscópicos de mosquitos como parte de la campaña antipalúdica. En Venezuela, también mantuvo su trabajo como ilustradora publicitaria para Bayer y brevemente colaboró con el Instituto de Malariología venezolano.
En 1949, regresó a México, donde continuó su trabajo como ilustradora publicitaria. En 1952, se casó nuevamente, esta vez con el político refugiado austriaco Walter Gruen, quien la animó a dedicarse exclusivamente a la pintura y le brindó estabilidad. Permanecieron juntos hasta su fallecimiento. En 1955, presentó su obra al público en una exposición colectiva en la galería Diana de la Ciudad de México, seguida al año siguiente por una exposición individual.
Durante su estadía en México, conoció a artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera, pero desarrolló vínculos más estrechos con otros intelectuales en el exilio, especialmente con la pintora surrealista británica Leonora Carrington. Su amistad fue esencial tanto en su obra pictórica como en la escrita.
En 1955, tuvo su primera exposición en México. En 1958, obtuvo el primer lugar en el Primer Salón de la Plástica Femenina en las Galerías Excélsior. Durante la era del muralismo mexicano, destacó con sus pinturas exhibidas en varias instituciones, incluyendo el Instituto Nacional de Cardiología con su pintura “Retrato del Dr. Chávez” (1957), un homenaje al médico mexicano Ignacio Chávez, cardiólogo de la pintora.
La vida de Remedios estuvo rodeada de misticismo, abordando temas desde la teoría psicoanalítica hasta la alquimia, reflejados en múltiples obras suyas.
Por ejemplo, en el tríptico que creó en 1961, compuesto por las obras “Hacia la torre”, “Bordando el manto terrestre” y “La huida”, reflejó su propia historia de vida en una representación surrealista. También tuvo acceso a sesiones de psicoanálisis, y su misticismo en las pinturas estuvo influenciado por las teorías de Sigmund Freud, Carl Jung y Alfred Adler.
Hasta su fallecimiento, no logró vivir exclusivamente de la pintura. Realizó trabajos artísticos diversos para subsistir, incluyendo ilustraciones publicitarias, diseños de instrumentos musicales y muebles, decorados para películas, falsificaciones de cuadros de Giorgio de Chirico por encargo y diseño de trajes y tocados para teatro y ballet junto a Leonora Carrington y Marc Chagall.
Falleció el 8 de octubre de 1963 en la Ciudad de México a causa de un infarto de miocardio. En su estudio se encontraba su última obra, “Naturaleza muerta resucitando”, y el boceto de su próximo cuadro, “Música del bosque”. Fue sepultada en el Panteón Jardín. Tras su muerte, André Breton escribió: “El surrealismo reclama toda la obra de una hechicera que se fue demasiado pronto”.