Cultura 115
Benito Pablo Juárez García vino al mundo el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, un enclave en las montañas de la Sierra Juárez, dentro del territorio de Oaxaca. Sus padres, Marcelino Juárez y Brígida García, pertenecían a la comunidad indígena y trabajaban como agricultores. Trágicamente, ambos fallecieron cuando Benito tenía apenas tres años, quedando él y sus hermanas bajo el cuidado de sus abuelos. La temprana pérdida de sus padres marcó el inicio de una vida de lucha y superación para Juárez.
A los doce años, Juárez dejó su pueblo natal en busca de oportunidades en la ciudad de Oaxaca. Su determinación por obtener una educación lo llevó a trabajar como peón en una granja y más tarde como aprendiz de encuadernador. A pesar de las dificultades y la discriminación que enfrentaba como indígena y de origen humilde, Juárez se esforzó por aprender y avanzar en la vida. Su encuentro con el sacerdote Antonio Salanueva marcó un punto crucial en su educación. Salanueva lo acogió en su hogar y taller, brindándole la oportunidad de asistir a la escuela y de aprender el oficio de encuadernador. Sin embargo, Juárez pronto se dio cuenta de que su verdadera pasión residía en el estudio del derecho.
Con determinación y perseverancia, Juárez ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, donde se graduó como abogado en 1834, convirtiéndose en el primer abogado de origen indígena en México. Su carrera como abogado lo llevó a defender a comunidades indígenas y a luchar por la justicia y la igualdad ante la ley. Juárez dominaba varios idiomas, incluyendo el latín, francés e inglés, y poseía un profundo conocimiento del derecho canónico y civil. Su dedicación al estudio y su compromiso con la justicia lo convirtieron en una figura destacada en la historia de México.
El 26 de mayo de 1830, Benito Juárez asumió el cargo de encargado del Aula de Física en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, marcando así el inicio de su carrera académica. Posteriormente, en 1831, se desempeñó como rector del Instituto, donde abogó fervientemente por las ideas liberales que lo caracterizarían a lo largo de su vida. Su incursión en la política comenzó el 11 de diciembre de 1831, cuando fue elegido regidor en el ayuntamiento de Oaxaca. Este fue solo el comienzo de una serie de nombramientos y cargos políticos que Juárez ocuparía a lo largo de su trayectoria.
En 1832, el gobernador de Oaxaca, José López de Ortigoza, lo designó como ministro suplente de la Corte de Justicia del estado, y al año siguiente fue formalmente elegido como diputado local. Además, en su cumpleaños número 26, recibió el nombramiento como capitán de la 5.ª Compañía del 1.er Batallón de Milicia Cívica de su estado, lo que refleja su compromiso tanto en el ámbito político como en el militar.
A lo largo de los años siguientes, Juárez ocupó una serie de cargos destacados, incluyendo miembro de la Junta de Sanidad, ministro interino de la Corte de Justicia, y secretario interino de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia del departamento de Oaxaca. Su amplia experiencia en el ámbito judicial lo llevó a ser nombrado ministro suplente del Tribunal Superior de Justicia en varias ocasiones.
Sin embargo, su vida política estuvo marcada por momentos de destierro y persecución. En 1853, tras el regreso de Santa Anna al poder, Juárez fue desterrado a Cuba debido a su oposición al régimen. Durante su exilio, continuó apoyando la causa liberal y participó en la Revolución de Ayutla, que finalmente derrocó a Santa Anna en 1855.
El retorno de Juárez a México marcó el inicio de una nueva etapa en su vida política. Bajo el gobierno de Juan Álvarez, fue nombrado Ministro de Justicia e Instrucción Pública, desempeñando un papel fundamental en la redacción de la Ley Juárez, que buscaba reformar el sistema judicial del país. Su compromiso con la causa liberal lo llevó a ocupar diversos cargos gubernamentales, incluyendo gobernador de Oaxaca y ministro de Gobernación durante el gobierno de Ignacio Comonfort.
Juárez solía trabajar hasta altas horas de la noche. Sin embargo, hacia el año 1870, modificó su horario de salida a las 18:00 para dedicar el resto del día a estar con su esposa y su familia. Margarita, quien había estado mostrando síntomas de una enfermedad grave, solía acompañar a Juárez en paseos por el Paseo de Bucareli junto con sus hijos. Este lugar era un centro de reunión social para personas de todas las clases sociales. La familia Juárez residía en una casa cerca del Templo de San Cosme. Juárez tenía cinco hijas y un hijo, así como dos hijos naturales de relaciones anteriores.
En agosto de 1869, los médicos informaron a Juárez que la enfermedad de Margarita era mortal, posiblemente cáncer. El 2 de enero de 1871, Margarita recibió los últimos sacramentos en presencia de toda la familia. Juárez prometió cuidar de sus hijas. Tras el fallecimiento de Margarita, Juárez decidió mantener el suceso en privado, pero finalmente permitió que se anunciara en los periódicos, lo que sumió al país en luto.
En cuanto a las elecciones de 1871, a pesar de las sugerencias de Sebastián Lerdo, Juárez se postuló como candidato junto a Porfirio Díaz. Aunque ganó las elecciones, su gobierno fue acusado de fraude electoral. Díaz luego se rebeló contra Juárez, pronunciando el Plan de la Noria y cuestionando su permanencia en el poder.
El estado de salud de Juárez se deterioró rápidamente, y falleció el 18 de julio de 1872 debido a angina de pecho. Fue un momento de luto nacional y sus restos descansan en el Museo Panteón de San Fernando en Ciudad de México.