Por Fernando Urbano
Mi relación con Zacatecas es muy personal, nací y también viví allá, pero desde que inició la crisis de seguridad que vive aquel estado, había evitado visitar su capital. Hace algunos días tuve la necesidad de viajar a esa ciudad y a otros municipios del sureste zacatecano. Mi estancia fue bastante breve, no estuve ahí más de 30 horas, pero fue tiempo suficiente para presenciar lo que vive la población. Comúnmente visito el noreste de Zacatecas, pero en esa zona la historia es otra, son municipios donde se percibe más tranquilidad y seguridad, no dudo que la cercanía con Coahuila ayuda a eso, justo entre los límites de los dos estados existe un punto de seguridad que opera día y noche, de igual forma en las carreteras hay presencia de policías.
Pero la historia es diferente cuando te internas más en el estado. De Concepción del Oro a la capital, la historia es otra, un poco más de 260 kilómetros de carretera donde prácticamente no hay nada, y en por lo menos la mitad del camino no hay ni señal de teléfono celular. A partir de aquí, el tráfico es distinto, prácticamente solo transitan vehículos de carga y es muy limitada la movilidad de vehículos particulares. Las actividades en las pocas poblaciones que existen en este tramo son bastante limitadas.
Llegué temprano a la capital de Zacatecas, y para mi sorpresa la gran mayoría de los comercios se encontraban cerrados, ya que los comerciantes han decidido iniciar actividades después de las 10 de la mañana para evitar robos y extorsiones, y también cierran temprano por las mismas razones. Allá sin importar el día, el lugar o la hora, cada día es más normal ver cuerpos colgados de puentes, desplazados por ocupaciones forzadas, ejecutados en las calles, universitarios secuestrados y asesinados, pueblos enteros sin policías, y despojo y quema de vehículos en las ciudades y en las carreteras.
Durante mi breve estancia en aquella capital, ocurrieron 10 ejecuciones, derivadas de ataques armados en 6 municipios de la entidad, Loreto, Calera, Guadalupe, Ojocaliente, Fresnillo y Zacatecas, además de un comandante de la capital herido por un ataque directo. De acuerdo a datos del INEGI, más del 97% de la población de las ciudades de Zacatecas y Fresnillo consideran sentirse en riesgo.
Difícil debe de ser para la gente de aquel estado la crisis en la que viven, y más todavía para el sector económico, pues Zacatecas tiene una vocación natural para el turismo, siendo este una de sus principales actividades económicas, pero que se ha visto excesivamente reducido en los últimos años.
Pero seguramente debe ser peor la disminución del tema y la falta de atención del gobierno federal; en más de una ocasión el titular del ejecutivo ha dicho que no pasa nada y que allá todo está bien; en una ocasión fueron encontrados 17 cuerpos, y Don Andrés solamente se limitó a decir que era un acto de provocación y propagandístico para desprestigiarlo a él y a su gobierno.
